Todo libro que leemos hace oscilar nuestra brújula interior –aseguraba Hesse en sus apuntes sobre literatura–; todo espíritu ajeno nos muestra desde qué puntos tan diferentes cabe contemplar el mundo. […] Pero luego hay que arrojarlo todo por la borda y pasear un rato por el bosque, observar el tiempo y las plantas, las nieblas y los vientos, y reencontrar en sí el punto sosegado a partir del cual el mundo adquiere unidad.
Hermnann Hesse
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