"Cuando alguien es herido, no debe culpar a lo que lo ha herido, debe culparse a sí mismo, su vulnerabilidad es prueba de imperfección. Un hombre razonable no culpa al sable que lo hiere, ni la teja que le cae encima. Si todos los hombres buscaran en su imperfección la causa de sus desgracias, tendría la paz perfecta, el fin de las guerras y suplicios. Sería el fin del reino de esta falsa naturaleza humana, que ha llenado el mundo de bandidos; sería el comienzo del reinado de la verdadera naturaleza celeste, fuente de toda buena acción. No ahogar a su naturaleza, no creer en los hombres, he aquí la vía del retorno a la verdad, a la integridad original."
Chuang Tzu
Extraído de 365 Tao - Edición de Francis Amalfi
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