Si no hay otro, no hay yo. Si no hay yo, no hay nadie que haga distinciones. Esto parece ser cierto. Pero, ¿qué es lo que origina semejante variación? Parece como si hubiera un Señor real, pero no tenemos indicios de Su existencia. Uno debe creer que Él existe, pero no podemos ver Su forma. Debe ser real pero no tener forma. Las cien partes del cuerpo humano, con sus nueve orificios y seis vísceras, son, a su modo, completas. ¿Cuál preferiré? ¿Te gustan todas por igual? ¿O algunas te gustan más que otras? ¿Actúan todas ellas como sirvientes? ¿Son estos sirvientes incapaces de controlarse entre sí y necesitan alguien que los gobierne? ¿Actúan alternativamente como gobernantes y sirvientes? ¿Puede existir algún gobernante verdadero fuera de ellos mismos?
Chuang-Tse
Del mismo modo que consideramos cada punto de la superficie de una esfera como el centro de la superficie, cada órgano del cuerpo y cada ser del cosmos debe ser visto como su centro y gobernante.
Alan Watts
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