Muy feliz era el ciempiés,
hasta que el sapo una vez
le dijo: "¿qué orden al andar siguen tus remos?"
lo cual forzó su mente a tal extremo
que, enloquecido, a una zanja fue a caer
mientras pensaba cómo hacer para correr.
Extraído de:
http://elmanuscritozen.blogspot.com.ar/2013/02/de-como-wu-wei-no-deja-nada-sin-hacer.html
No hay comentarios:
Publicar un comentario