lunes, 3 de septiembre de 2012
Crecer como el bambú
No hay que ser agricultor para saber que una buena cosecha requiere de buena semilla, buen abono y riego constante.
También es obvio que quien cultiva la tierra, no se para impaciente frente a la semilla sembrada, llenándola con el riesgo de echarla a perder, gritándole con todas sus fuerzas: ¡Crece, por favor, crece!
Hay algo muy curioso que sucede con el bambú japonés y que lo transforma en No Apto para Impacientes: Siembras la semilla, la abonas y te ocupas de regarla constantemente. Durante los primeros meses no sucede nada apreciable. En realidad, no pasa nada con la semilla aparentemente durante los primeros siete años.
A tal punto que, un cultivador inexperto, estaría convencido de haber comprado semillas infértiles. Sin embargo, durante el séptimo año, en un período de sólo seis semanas... la planta de bambú crece ¡más de 30 metros!
¿Tardó sólo seis semanas en crecer?. No, la verdad es que se tomó siete años y seis semanas en desarrollarse.
Durante los primeros siete años de aparente inactividad, este bambú estaba generando un complejo sistema de raíces que le permitirían sostener el crecimiento que iba a tener después de siete años.
Si no consigues lo que anhelas, no desesperes... quizá solo estés echando raíces...
Extraído de algún sitio en la web, que hoy no recuerdo
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