"Cuando uno se ha hecho viejo y ha realizado lo suyo,
le corresponde poder hacer migas con la muerte en silencio.
No necesita de los hombres.
Los conoce, ha visto bastante de ellos.
Aquello que necesita es silencio.
No es prudente ir en busca de tal individuo,
hablarle y torturarlo con charla insípida.
Es aconsejable seguir de largo por la puerta de su casa,
como si se tratara de la morada de nadie."
Meng Hsia.
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