Vive tu tristeza, pálpala,
deshójala entre tus ojos,
mójala con lágrimas, envuélvela en gritos
o en silencio, cópiala en cuadernos,
apúntala en tu cuerpo,
apúntala en los poros de tu piel.
Pues sólo si no te defiendes huirá,
a ratos, a otro sitio que no sea el
centro de tu dolor íntimo.
TRATADO DE CULINARIA PARA MUJERES TRISTES-
Héctor Abad Faciolince
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