El diálogo ocurrió en Adrogué. Mi sobrino Miguel que tendría cinco o seis años, estaba sentado en el suelo, jugando con la gata. Como todas las mañanas le pregunté:
-¿Qué soñaste anoche?
Me contestó:
-Soñé que me había perdido en un bosque y que al fin encontré una casita de madera. Se abrió la puerta y saliste vos.- Con súbita curiosidad me preguntó: -Decime, ¿qué estabas haciendo en esa casita?
Del libro Cuentos Breves y Extraordinarios - Jorge Luis Borges y Adolfo Bioy Casares
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