Mi corazón al desnudo.
Dios y su profundidad.
No se puede carecer de espíritu y buscar en Dios el cómplice y el amigo que siempre faltan. Dios es el eterno confidente en esta tragedia en la cual cada uno es el héroe. Quizás haya usureros y asesinos que dicen a Dios: "¡Señor, haz que mi próxima operación resulte!" Pero la plegaria de esa gente vil no estropea el honor y el placer de la mía.
Charles Baudelaire - Diarios Íntimos
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