Hui Tse habló así con Chuang Tse:
Tengo un gran árbol, que la gente considera sin utilidad. Su tronco está tan lleno de nudos que ningún carpintero podría sacar partido de él, pues, además, sus ramas están demasiado torcidas para que se puedan enderezar con la escuadra. De modo que, si bien se encuentra cerca de la carretera, ningún carpintero se para a mirarlo...
Chuang Tse respondió:
No habrá hacha alguna bajo el Cielo que haya de atacarlo, ni que acorte sus días, pues a algo que es inútil nadie le molesta.
Extraído de El Libro de Chuang Tse, versión de Martin Palmer
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