miércoles, 26 de marzo de 2014

Lo que canto no es mi canto




Lo que canto no es mi canto... 
lo que canto no es mi canto ni lo canto por cantar, 
lo aprendí de las estrellas que no callan por callar.
Si Toledo no me engaña... 
si Toledo no me engaña, 
Dios anduvo por ahí, 
pero seguro que antes 
ha pasado por Tandíl.
Traigo el amor del hombre de galilea 
y las buenas noticias que deja el sol, 
un verso, una guitarra y la esperanza... 
y la esperanza... en vos. 
Me confiaron las estrellas... 
me confiaron las estrellas 
que la piedra es mucho mas, 
y no sé si el río es hijo 
o es el padre de la mar.
Aprendí las alegrías...
aprendí las alegrías 
del caballo y el jazmín, 
y del viejo carpintero 
la aventura de vivir.
Porque tienes dos ojos para ver todo,
desde el sol infinito
al pequeño lodo.
Porque diste los pasos que yo no he dado
y no dudas de aquello que tanto amo.
Porque nunca preguntas y no divides,
y es mucho lo que das y es poco lo que pides.
Porque a pesar que sabes muy bien el verbo,
me muestras el camino con el silencio.
Porque amas a cualquiera de los colores,
porque son solo una todas las flores
Porque eres la medida del hombre a semejanza,
el espejo perfecto de la esperanza.

Creo en ti.

Porque brilla lo eterno en tu presente
y el más ancho horizonte vive en tu frente.
Porque armonizas todas las diferencias,
que es del hombre la más importante ciencia.
Porque me has enseñado que el movimiento
es el mejor momento del sentimiento.
Porque tienes dos manos que están clavadas
en el injusto centro de la balanza.
Porque en el mismo monte crucificaron
tu salud infinita y mis pecados
Porque tienes el mismo padre que tengo
y eres de Galilea, como mis sueños

Creo en ti.

Facundo Cabral

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