lunes, 17 de marzo de 2014

Ahora...




Hemos alcanzado una visión del mundo y un tipo de salud que están resecos como polvorientas latas de cerveza abandonadas en una playa. Es el nuestro un mundo de objetos, de nadas tan ordinarias como una mesa de fórmica con adornos cromados. Lo encontramos inmensamente tranquilizador: el problema es que no se queda quieto, y por lo tanto debe ser defendido, aún al costo de convertir otra vez al planeta en una bella y limpia piedra. Pues la vida es, después de todo, un accidente bastante curioso y turbulento, en nuestro universo, básicamente, geológico. "¿Si un niño pide pan, su padre le dará una piedra?" Probablemente la respuesta es: "Si".
Sin embargo, esto no intenta desmentir el pensamiento científico que, por estas fechas, ha ido mucho más allá del billar newtoniano y del mito mecánico del universo Totalmente Automático, compuesto por meros objetos. Fue en ese punto donde la ciencia comenzó, en verdad; de acuerdo con el principio de William Blake -"el tonto que persiste en su locura se volverá sabio"- el científico consecuente es el primero en advertir la obsolescencia de los viejos modelos del mundo. Abramos un buen libro de texto sobre la teoría de los quantum:

…el mundo no puede ser correctamente analizado en partes diferentes; al contrario, será concebido como una indivisible unidad en la cual las partes separadas aparecen como aproximaciones, solamente válidas en el sistema clásico o newtoniano… Esto es, en el nivel quantum de exactitud, un objeto carece de propiedades "intrinsecas"  (por ejemplo onda o partícula) que le pertenecen solo a él; al contrario comparte todas sus cualidades mutua e indivisiblemente con los sistemas en los cuales interactúa. Más aún: puesto que el objeto dado, digamos un electrón, interactúa muchas veces con diferentes sistemas que desarrollan potencialidades diversas, el sufre… continuas transformaciones entre calidades cambiantes (por ejemplo, otra vez, onda o partícula) en las que puede manifestarse. Aunque esa fluidez, y la estrecha relación de la forma con el medio ambiente, no eran apreciadas antes de la teoría de los quantum, en física no son raras, a nivel de partículas elementales… ni tampoco en campos como el de la biología, es decir campos que tratan sobre sistemas complejos. Bajo determinadas condiciones ambientales, una bacteria pasa al estadio de esporo, que estructuralmente es por completo distinto, y viceversa.

También contemos con el otro aspecto del cuadro, complementario, tal como lo expone el eminente biofísico Erwin Schrödinger:

No es posible que esta unidad de conocimiento, sentimiento y elección que usted considera suya propia pueda haber caído a la existencia desde la nada, en un momento dado, hace no demasiado tiempo; mas bien este conocimiento, sentimiento y elección parecen esencialmente eternos, incambiables y numéricamente uno en todos los hombres, es decir en todos los seres sensibles. Pero no en este sentido: que usted es una parte, una pieza, un aspecto o modificación de un ser eterno e infinito, como en el panteísmo de Spinoza. Pues volveríamos a caer en la misma, inquietante pregunta: ¿Qué parte, que aspecto es usted? ¿Qué es lo que objetivamente lo diferencia de los demás? No es eso, pues, pero -inconcebible como parece a la razón ordinaria- usted y todos los seres conscientes, como tales, están todos en todo. Hete aquí que la vida suya, que usted está viviendo, no es solo un pedazo de la existencia total, sino que en cierto sentido es el total; pero este total no está constituido en forma que pueda ser mirado de una sola ojeada.

El universo implica al organismo y cada organismo implica al universo, solo que la "ojeada única" de nuestra atención restringida, como enfocada, que ha sido adiestrada para confundir sus "vistazos" con "cosas" separadas, debe ser abierta, de algún modo, a esa visión total que Schrödinger sugiere así:

O sea que usted puede arrojarse al suelo y abrazar a la madre Tierra con la certera convicción de que es uno con ella, y lo mismo ella con usted. Usted se siente firmemente sustentado, protegido por ella, y en verdad es usted mil veces más firme e invulnerable aún que ella. Pues tan seguro como que ella lo engullirá a usted mañana es que ella lo repondrá a usted en el esfuerzo y el sufrimiento. Y no meramente "algún día": ahora, hoy, cada día, ella lo está produciendo a usted, no una vez sino miles de miles de veces, exatamente como lo devora a usted mil veces cada día. Pues eternamente y siempre hay tan solo ahora, uno y el mismo ahora; el presente es la única cosa que no tiene fin.


Alan Watts - El Libro del Tabú

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