domingo, 28 de octubre de 2018

Somos lo Mismo




Debemos ser indulgentes con todos los desatinos, defectos y vicios humanos teniendo en cuenta que lo que tenemos ante nuestros ojos son nuestros propios desatinos, defectos y vicios. Pues son sencillamente los defectos de la humanidad, a la que también pertenecemos y, por consiguiente, todos tenemos los mismos defectos enterrados en nuestro interior. No debemos indignarnos con los demás por estos vicios sólo porque no los vemos actualmente en nosotros…

Arthur Schopenhauer

domingo, 21 de octubre de 2018

Nada es Casualidad




Es el 22 de enero de 1961, en Montagnola,
en la parte italiana de Suiza. Almuerzo
en casa de Hermann Hesse. Afuera cae la
nieve; pero el cielo está claro. Miro a
través de la ventana; luego, a mi plato
de curry; al levantar la vista encuentro,
al otro extremo de la mesa, los ojos
también claros y transparentes de Hesse.

-¡Qué suerte -digo- hallarme hoy almorzando
aquí, con usted!

-Nada sucede casualmente -responde Hesse-,
aquí sólo se encuentran los huéspedes justos;
éste es el Círculo Hermético.

Miguel Serrano - El Círculo Hermético



sábado, 20 de octubre de 2018

sábado, 13 de octubre de 2018

La Rosa de Paracelso

"— ¿En qué otro sitio estamos? ¿Crees que la divinidad puede crear otro sitio que no sea el Paraíso? ¿Crees que la Caída es otra cosa que ignorar que estamos en el Paraíso?"




“…Paracelso se quedó solo. Antes de apagar la lámpara y de sentarse en el fatigado sillón, volcó el tenue puñado de ceniza en la mano cóncava y dijo una palabra en voz baja….”

 En su taller que abarcaba las dos habitaciones del sótano, Paracelso pidió a su Dios, a su indeterminado Dios, a cualquier Dios, que le enviara un discípulo. Atardecía. El escaso fuego de la chimenea arrojaba sombras irregulares. Levantarse para encender la lámpara de hierro era demasiado trabajo. Paracelso, distraído por la fatiga, olvidó su plegaria. La noche había borrado los polvorientos alambiques y el atanor cuando golpearon la puerta. El hombre, soñoliento, se levantó, ascendió la breve escalera de caracol y abrió una de las hojas. Entró un desconocido. También estaba muy cansado. Paracelso le indicó un banco; el otro se sentó y esperó. Durante un tiempo no cambiaron una palabra.

El maestro fue el primero que habló:

– Recuerdo caras del Occidente y caras del Oriente – dijo no sin cierta pompa. No recuerdo la tuya. ¿Quién eres y qué deseas de mí?

– Mi nombre es lo de menos -replicó el otro -. Tres días y tres noches he caminado para entrar en tu casa. Quiero ser tu discípulo. Te traigo todos mis haberes.

Sacó un talego y lo volcó sobre la mesa. Las monedas eran muchas y de oro. Lo hizo con la mano derecha. Paracelso le había dado la espalda para encender la lámpara. Cuando se dio vuelta advirtió que la mano izquierda sostenía una rosa. La rosa lo inquietó.

Se recostó, juntó la punta de los dedos y dijo:

– Me crees capaz de elaborar la piedra que trueca todos los elementos en oro y me ofreces oro. No es oro lo que busco, y si el oro te importa, no serás nunca mi discípulo.

– El oro no me importa- respondió el otro.

– Estas monedas no son más que una parte de mi voluntad de trabajo. Quiero que me enseñes el Arte. Quiero recorrer el camino que conduce a la Piedra.

Paracelso dijo con lentitud:

– El camino es la Piedra. El punto de partida es la Piedra. Si no entiendes estas palabras, no has empezado aún a entender. Cada paso que darás es la meta.

El otro miró con recelo. Dijo con voz distinta:

– Pero… ¿hay una meta?

Paracelso se rió.

– Mis detractores, que no son menos numerosos que estúpidos dicen que no, y me llaman un impostor. No les doy la razón, pero no es imposible que sea un iluso. Sé que “hay” un Camino.

Hubo un silencio, y dijo el otro:

– Estoy listo a recorrerlo contigo, aunque debamos caminar muchos años. Déjame cruzar el desierto. Déjame divisar siquiera de lejos la Tierra Prometida, aunque los astros no me dejen pisarla. Quiero una prueba antes de emprender el camino.

– ¿Cuándo?- preguntó con inquietud Paracelso.

– Ahora mismo – contestó con brusca decisión el discípulo.

Habían empezado hablando en latín; ahora, en alemán. El muchacho elevó en el aire la rosa.

– Es fama -dijo – que puedes quemar una rosa y hacerla resurgir de la ceniza, por obra de tu arte. Déjame ser testigo de ese prodigio. Eso te pido, y te daré después mi vida entera.

– Eres muy crédulo- dijo el maestro-. No he menester de la credulidad; exijo la fe.

El otro insistió.

– Precisamente porque no soy crédulo quiero ver con mis ojos la aniquilación y la resurrección de la Rosa.

Paracelso la había tomado, y al hablar jugaba con ella.

– Eres crédulo – dijo-. ¿Dices que soy capaz de destruirla?

– Nadie es incapaz de destruirla – dijo el discípulo.

– Estás equivocado. ¿Crees, por ventura, que algo puede ser devuelto a la nada? ¿Crees que el primer Adán en el Paraíso pudo haber destruido una sola flor o una brizna de hierba?

– No estamos en el Paraíso – habló tercamente el muchacho; – aquí, bajo la luna, todo es mortal.

Paracelso se había puesto de pie e inquirió:

– ¿En qué otro sitio estamos? ¿Crees que la divinidad puede crear un sitio que no sea el Paraíso? ¿Crees que la Caída es otra cosa que ignorar que estamos en el Paraíso?

– Una rosa puede quemarse- desafió el discípulo.

-Aún queda el fuego en la chimenea. Si arrojamos esta rosa a las brasas, creerías que ha sido consumida y que la ceniza es verdadera. Te digo que la rosa es eterna y que solo su apariencia puede cambiar. Me bastaría una palabra para que la vieras de nuevo.

– ¿Una palabra?- dijo con extrañeza el discípulo-. El atanor está apagado y están llenos de polvos los alambiques. ¿Qué harías para que resurgiera?

Paracelso lo miró con tristeza.

– El atanor está apagado – repitió – y están llenos de polvo los alambiques. En este tramo de mi larga jornada uso de otros instrumentos.

– No me atrevo a preguntar cuáles son – dijo el otro con astucia o con humildad.

– Hablo del que usó la divinidad para crear los cielos y la tierra y el invisible Paraíso en que estamos, y que el pecado original nos oculta. Hablo de la Palabra que nos enseña la ciencia de la Kabalah.

El discípulo dijo con frialdad:

– Te pido la merced de mostrarme la desaparición y aparición de la rosa. No me importa que operes con alquitaras o con el Verbo.

Paracelso reflexionó. Al cabo, dijo:

– Si yo lo hiciera, dirías que se trata de una apariencia impuesta por la magia de tus ojos. El prodigio no te daría la fe que buscas: Deja, pues, la rosa.

El joven lo miró, siempre receloso. El maestro alzó la voz y le dijo:

– Además, ¿quién eres tú para entrar en la casa de un maestro y exigirle un prodigio? ¿Qué has hecho para merecer semejante don?

El otro replicó, tembloroso:

– Ya sé que no he hecho nada. Te pido en nombre de los muchos años que estudiaré a tu sombra que me dejes ver la ceniza y después la rosa. No te pediré nada más. Creeré en el testimonio de mis ojos.

Tomó con brusquedad la rosa encarnada que Paracelso había dejado sobre el pupitre y la arrojó a las llamas. El color se perdió y solo quedó un poco de ceniza.

Durante un instante infinito esperó las palabras y el milagro.

Paracelso no se había inmutado. Dijo con curiosa llaneza:

– Todos los médicos y todos los boticarios de Basilea afirman que soy un embaucador. Quizá están en lo cierto. Ahí está la ceniza que fue la rosa y que no lo será.

El muchacho sintió vergüenza. Paracelso era un charlatán o un mero visionario y él, un intruso, había franqueado su puerta y lo obligaba ahora a confesar que sus famosas artes mágicas eran vanas.

Se arrodilló, y le dijo:

– He obrado imperdonablemente. Me ha faltado la fe, que el Señor exigía de los creyentes. Deja que siga viendo la ceniza. Volveré cuando sea más fuerte y seré tu discípulo, y al cabo del Camino veré la rosa.

Hablaba con genuina pasión, pero esa pasión era la piedad que le inspiraba el viejo maestro, tan venerado, tan agredido, tan insigne y por ende tan hueco. ¿Quién era él, Johannes Grisebach, para descubrir con mano sacrílega que detrás de la máscara no había nadie?

Dejarle las monedas de oro sería una limosna. Las retomó al salir. Paracelso lo acompañó hasta el pie de la escalera y le dijo que en esa casa siempre sería bienvenido. Ambos sabían que no volverían a verse.

Paracelso se quedó solo. Antes de apagar la lámpara y de sentarse en el fatigado sillón, volcó el tenue puñado de ceniza en la mano cóncava y dijo una palabra en voz baja.

Y la rosa resurgió.


Jorge Luis Borges

Leído en
https://www.arsgravis.com/la-rosa-de-paracelso-de-j-l-borges/





viernes, 12 de octubre de 2018

No es Prudente





La lectura de unos comentarios en una entrada sobre Jung, me llevó a buscar un libro que desconocía: El Círculo Hermético. En este libro, su autor, Miguel Serrano, narra sus encuentros con Hermann Hesse y Carl G. Jung. 
Nada más empezar a leer encuentro una frase que siempre me ha gustado, desde que la leí en alguno de los libros de Hesse que me acompañan desde hace décadas, no recuerdo cuál ya, y que Serrano dice que el propio Hesse tenía en la puerta de su casa, en Montagnola. 
Ya la había compartido, pero me encanta tanto, que vuelvo a hacerlo...

"Cuando uno se ha hecho viejo  y ha realizado lo suyo, 
le corresponde poder hacer migas con la muerte en silencio. 
No necesita de los hombres. 
Los conoce, ha visto bastante de ellos. 

Aquello que necesita es silencio. 
No es prudente ir en busca de tal individuo,
hablarle y torturarlo con charla insípida. 
Es aconsejable seguir de largo por la puerta de su casa, 
como si se tratara de la morada de nadie." 

Meng Hsia.


jueves, 11 de octubre de 2018

Como ellos...




Soledad... Yo no creo como ellos creen, no vivo como ellos viven, no amo como ellos aman... Moriré como ellos mueren.

Marguerite Yourcenar

Darse




No darse ya es seguir dándose. Es dar nuestro sacrificio.

Marguerite Yourcenar

Dicen...




Nada tiene sentido si no mezclo en ello mi cuerpo y mi espíritu. No hay aventura si no me comprometo en ella.

Antoine de Saint-Exupèry - Ciudadela

Cartas a una Amiga Inventada




Ya ves que no soy un tipo simpático. Sirvo todo lo más para pilotar en solitario sobre algún recorrido cuanto más lejano mejor.

Antoine de Saint-Exupèry - Cartas a una Amiga Inventada



miércoles, 10 de octubre de 2018

Una Forma de Vivir




Vive

de manera tal

que nunca te avergüences

si se divulga por todo el mundo

lo que haces o dices...

aunque

lo que se divulgue

no sea cierto.



Richard Bach

martes, 9 de octubre de 2018

Fuerzas Básicas




Existen dos fuerzas motivacionales básicas: el miedo y el amor. Cuando tememos nos alejamos de la vida. Cuando estamos enamorados, nos abrimos a todo lo que la vida tiene para ofrecer con pasión, entusiasmo y aceptación.

John Lennon


Depende de ti




Estas solo contigo mismo todo el tiempo, con cualquier cosa que hagas. Tienes que bajar a tu propio Dios en tu propio templo. Todo depende de ti, compañero.

John Lennon

Una Nota Sobre el Budismo Zen




El budismo-zen se “inicia” con esa ficción monumental, en sentido nietzscheano, del encuentro del Bodhidharma con el Emperador de Wu. Se trata de tres actos: en el primero el emperador hace gala de sus obras piadosas, Bodhidharma simplemente dice “ningún mérito”; en el segundo el emperador sorprendido lo interroga a Bodhidharma sobre su comprensión de lo sagrado, éste le responde “Vasto vacío; nada sagrado”; el emperador, que debe haber sido un buen budista, fue abrumado por semejante respuesta y sólo atinó a lanzar su última y vacilante pregunta, “¿Quién eres?”, Bodhidharma respondió no sé. No se trata de que no existan buenas obras, de que no exista nada cerrado, ni de que Bodhidharma no supiera quién era. Se trata de lo absoluto: en lo absoluto no existen cosas buenas o malas, ni sagradas ni profanas, ni Bodhidharma ni no-Bodhidharma. Y en ese punto hay un corte neto con Sócrates, el pensador que en gran medida funda la historia filosófica de Occidente; mientras Sócrates hace de su no-saber un método que le permite fundar un saber (sé que no sé y ése es mi saber), Bodhidharma corta todo discurso, toda dialéctica, y dice ese no sé que abre otro modo del espíritu. Sócrates se abroquela en el hombre, habla como hombre-de-la-razón; Bodhidharma deja caer al hombre y deja hablar al absoluto, sin hablar. Ese es el abismo de la diferencia del budismo con la filosofía y con la religión. El budismo se retira y así “avanzan las diez mil cosas”; la filosofía y la religión avanzan sobre las “diez mil cosas”. La filosofía se enreda en el discurso racional que en realidad no puede hablar de lo que verdaderamente interesa (como diría Wittgenstein); la filosofía, las religiones, institucionalizan humanamente, siempre desde el poder, lo indecible: tanto una como otra buscan dominar el absoluto mediante la puesta en acto de una hipóstasis idolátrica. El budismo abandona al hombre, abandona a Buda (dice: si ves al Buda, mata al Buda... 
...Para la filosofía pensar implica esencialmente alguien que piensa y algo pensado; el pensamiento viene a ser un puente entre un sujeto y un objeto que están separados por un abismo insuperable. Cuando se produce la abrupta apertura (llamada iluminación) lo que cae es el sujeto sustancial y el objeto sustancial, y lo que queda es el puente, un puente sin apoyaturas... 

Recorte arbitrario (o quizás no tan arbitrario) de una nota excelente. 


Oscar del Barco (Ensayo) 
La nota completa en este vínculo: http://www.espaciomurena.com/2801/

Paracaídas




Charles Plumb, era piloto de un bombardero en la guerra de Vietnam. Después de muchas misiones de combate, su avión fue derribado por un misil. El Capitán Plumb se lanzó en paracaídas, fue capturado y pasó seis años en una prisión norvietnamita. A su regreso a Estados Unidos, daba conferencias relatando su odisea, y lo que aprendió en la prisión. Un día estaba en un restaurante y un hombre lo saludó: -"Hola, usted es Charles Plumb, era piloto en Vietnam y lo derribaron, verdad?” -“Y usted, ¿cómo sabe eso?”, le preguntó Plumb. -“Porque yo empacaba su paracaídas. Parece que le funcionó bien, ¿verdad?” Plumb casi se ahogó de sorpresa y con mucha gratitud le respondio: -“Claro que funcionó, si no hubiera funcionado, hoy yo no estaría aquí.” Estando sólo, Plumb no pudo dormir esa noche, meditando: "¿Cuántas veces vi en el portaviones a ese hombre y nunca le dije buenos días, yo era un arrogante piloto y él era un humilde marinero?” Pensó también en las horas que ese marinero pasó en las entrañas del barco enrollando los hilos de seda de cada paracaídas, teniendo en sus manos la vida de alguien que no conocía. Ahora, Plumb comienza sus conferencias preguntándole a su audiencia: "¿Quién empacó hoy tu paracaídas?”. Todos tenemos a alguien cuyo trabajo es importante para que nosotros podamos salir adelante. Uno necesita muchos paracaídas en el día: uno físico, uno emocional, uno mental y uno espiritual. A veces, en los desafíos que la vida nos lanza a diario, perdemos de vista lo que es verdaderamente importante y las personas que nos salvan en el momento oportuno sin que se los pidamos. Dejamos de saludar, de dar las gracias, de felicitar a alguien, o aunque sea, de decir algo amable sólo porque sí. Hoy, esta semana, este año, cada día, trata de darte cuenta quién empaca tu paracaídas, y agradécelo. Aunque no tengas nada importante que decir, envíale este mensaje a quien o a quienes alguna vez lo hicieron. Y también mándaselo a quienes todavía no lo han hecho. Las personas a tu alrededor notarán ese gesto, y te lo devolverán empacando tu paracaídas con ese mismo afecto. Todos necesitamos de todos, por eso demuéstrales tu agradecimiento. A veces las cosas más importantes de la vida sólo requieren de acciones sencillas. Sólo una llamada, una sonrisa, un gracias... Has sido muy generoso conmigo, por eso te digo: Gracias por empacar mi paracaídas.



domingo, 7 de octubre de 2018

Misterio




"- Todo saldrá bien. 
- ¿Cómo? 
- No lo se, es un misterio."

Shakespeare Apasionado


De cierto modo, nada puede salir mal. No hay manera. El Tao es aquello de lo que nada puede escapar, dijo Lao Tse en su clásico milenario, y dio en el centro de una verdad descomunal. Solo nuestras expectativas pueden verse defraudadas, puede parecernos que las cosas se tuercen sin acompañar tal o cual forma prevista por nuestra mente o nuestros sentimientos... pero nada puede salir mal, todo sigue su curso. La tarea sería intentar acompañar ese curso, copiar lo más fielmente posible sus curvas y contra-curvas, y así, evitar sufrir. Puede pensarse en el sufrimiento como un sensor de cuánto estamos desviándonos del camino? Quizás...

sábado, 6 de octubre de 2018

Corazón




El corazón de las personas es como un pozo muy profundo. Nadie sabe lo que hay en el fondo. Sólo podemos imaginárnoslo mirando la forma de las cosas que, de vez en cuando, suben a la superficie.

Murakami

Me gusta esto. Hay quienes se han impuesto la tarea de sacar a la superficie todo lo que su propio pozo tiene en el oscuro fondo... pero lo que puede sacarse pareciera no tener límites!. 
Los hechos que vivimos, cada historia, son el recipiente con el que pescar algo de esa profundidad y tratar de sacarlo a la luz. 
Qué es primero, el recipiente o lo que debo pescar? Elijo el recipiente para ese ejemplar especial que debe ser pescado?; o, por el contrario, saco del fondo aquello que puede introducirse en los recipientes unidos a mi cuerda? Puede eso invisible en el fondo del pozo, de alguna manera misteriosa, influir mi elección del recipiente? Incluso sin que que yo sepa que estoy siendo influenciado? En otras palabras, puede el pez elegir al pescador?
Se pueden pensar estas tonterías sin costo alguno?

Borroso




No necesito que alguien me comprenda. No es verdaderamente importante, para mí, encontrar alguien que me entienda. Aún así, permanentemente intento explicarme frente a un espejo... como una forma de contarme a mí mismo quien soy, como si me importara más saber cómo vivo que solamente vivir. El proceso de ser absolutamente consciente de mi vida es más importante que el mero hecho de vivir, que el hecho de ser vivido...

Platos Rotos




"Pero lo que ya ha sucedido es igual que un plato roto en mil pedazos. Por muy esfor­zadamente que lo intentes, ya no podrás devolverlo a su estado original."

Murakami

Nunca más de aquel modo, las cosas no van hacia atrás, lo que vuelva no será nunca una vuelta, será una nueva forma, algo totalmente nuevo. Pero al mismo tiempo estará implícito aquel primer tiempo, aquella primera vez... pero revisitada con otros ojos y nos tocará de diferente manera...

Burbuja de Jabón




Cada soplo de aire que inhalamos impide que nos llegue la muerte que constantemente nos acecha… En última instancia la muerte debe triunfar, pues desde el nacimiento se ha convertido en nuestro destino y juega con su presa durante un breve lapso antes de devorársela. Sin embargo, proseguimos nuestra vida con gran interés y solicitud durante el mayor tiempo posible, de la misma manera en que soplamos y hacemos una burbuja de jabón lo más grande y larga posible, aunque con la certeza total de que habrá de reventarse.

Arthur Schopenhauer

viernes, 5 de octubre de 2018

Insensato




¡Ay, se sabe tan poco, tan horriblemente poco de los hombres! ¡En la escuela nos enseñaron cien fechas de ridículas batallas y mil nombres de ridículos reyes, y diariamente se leen artículos y más artículos sobre los impuestos o los Balcanes; pero de los hombres no se sabe nada! Si un timbre no suena, si una estufa hace humo, si una rueda de una máquina no gira, se sabe enseguida dónde hay que buscar la avería, y se hace con celo, y se encuentra, y se sabe cómo hay que repararla. Pero esa cosa que llevamos dentro, ese resorte secreto que da sentido a la vida, esa cosa, la única capaz de vivir, de sentir gozo o dolor, de anhelar la dicha, de experimentar placer, es desconocida, no sabemos nada de ella, enteramente nada, y cuando enferma, no hay curación posible. ¿No es insensato? 

Hermann Hesse - El último verano de Klingsor



Dónde está?




El amor está en quien ama, no en quien es amado. Cuando no se necesita a nadie, jamás se está solo.

Platón - Cita del libro Un Año con Schpenhauer, de Irvin Yalom



jueves, 4 de octubre de 2018

Azar




"En la vastedad del espacio y en la inmensidad del tiempo, mi alegría es compartir un planeta y una época con Annie." 

Carl Sagan - Dedicatoria de Cosmos: A Personal Voyage



Carl fue diagnosticado con síndrome mielodisplásico y finalmente murió de neumonía dos años más tarde, en diciembre de 1996 en una cama de hospital en Seattle, Washington, convencido de que no volvería a ver a sus seres queridos vivos, mucho menos a sus padres ya muertos.

En una entrevista para la revista Skeptical Inquirer en 2003, Ann Druyan reveló cuál fue su sentir en el duro momento tras la muerte de su pareja en una declaración que bien podría equipararse con cualquier carta de amor, con palabras tan inspiradoras como realistas sobre su compañero de vida y cómo compartió con el un instante cósmico donde ambos dieron lo mejor de sí:

"Cuando mi esposo murió, era tan famoso y conocido por no ser creyente, que muchas personas me preguntaron –y todavía me pasa a veces– si Carl había cambiado y se había convertido al final en un creyente en la vida después de la muerte. También me preguntaron con frecuencia si creo que lo volveré a ver. Carl se enfrentó a su muerte con coraje y tenacidad y nunca buscó refugio en ilusiones. La tragedia fue que los dos sabíamos que nunca nos volveríamos a ver.

No espero volver a reunirme con Carl. Pero lo más grandioso es que mientras estuvimos juntos, por casi 20 años, vivimos con una apreciación real de lo breve que es la vida y lo preciosa que es. Nunca trivializamos el significado de la muerte fingiendo que era algo más que una separación definitiva. Cada momento que estuvimos vivos y estuvimos juntos fue milagroso, pero no en el sentido de inexplicable o sobrenatural. 

Sabíamos que habíamos sido beneficiados por el azar... Que el azar puro haya sido tan generoso y tan amable que nos pudimos encontrar, como Carl escribió tan bellamente en "Cosmos", ya sabes, en la inmensidad del espacio y la inmensidad del tiempo... que hayamos podido estar juntos durante veinte años. Eso es algo que me sostiene y que es mucho más significativo... la forma en que me trató y en que lo traté, la forma en la que nos cuidábamos el uno al otro y a nuestra familia mientras vivió. Esto es mucho más importante que la idea de que lo volveré a ver algún día.

No creo que vuelva a ver a Carl nunca más. Pero lo vi. Nos vimos el uno al otro. Nos encontramos el uno al otro en el cosmos, y eso fue maravilloso."




Nada




A los verdaderos hombres no les pertenece nada. El tiempo y el dinero pertenece a los mediocres y superficiales.

Hermann Hesse - El Lobo Estepario



Exigente




Eres demasiado exigente y hambriento, el mundo te rechaza, tienes para él una dimensión de más.

Hermann Hesse - El Lobo Estepario


Nacimiento




Nacimiento significa desunión de todo, anulación de la dolorosa individualidad.
Dios significa ensanchar tanto el alma que pueda volver a abarcar todo.

Hermann Hesse - El Lobo Estepario



miércoles, 3 de octubre de 2018

Diamante




Tuvimos un diamante y lo perdimos...

Coti

Locura




La vida no es una cosa racional; sino una locura y está llena de dolor.

Anais Nin

Obstáculo




Mi vida se dificulta por mi pensamiento y la necesidad de comprender lo que estoy viviendo.

Anais Nin

Formas del Amor




Cualquier forma de amor que encuentres, vívelo. Libre o no libre, casado o soltero, heterosexual u homosexual, son aspectos que varían de cada persona. Hay quienes son más expansivos, capaces de varios amores. No creo que exista una única respuesta para todo el mundo.

Anais Nin

Refugio




¿Sería posible que este mundo nos diera alegría si no estuviéramos refugiados en él?

Franz Kafka



Libertad




Soy libre y es por eso que estoy perdido.

Puedes elegir ser libre, pero es la última decisión que tomarás.

Franz Kafka



Inexplicable




No puedo hacerte entender. No puedo hacer que nadie entienda lo que está sucediendo dentro de mí. Ni siquiera puedo explicarlo a mí mismo.

Franz Kafka

Al final...




Todo lo que amas, eventualmente lo perderás, pero al final, el amor volverá en una forma diferente.

Franz Kafka

martes, 2 de octubre de 2018

Urgencia




El mensaje de las cartas son sus palabras, el texto sobre la memoria, pero el trasfondo es su urgencia, el corazón del amante y el riesgo de alguna empresa que lleva la misiva a algún destinatario. Una carta le roba el sueño a un enamorado y agita un corazón más allá del horizonte, aunque hay distancias cortas que suelen ser fulminantes. También las misivas cambian el curso de la guerra o terminan conflictos, suelen ser despedidas o audaces propuestas. Un papel que supera el miedo, salva una vida, un imperio, tal vez mantiene un amor lejano, incendia un corazón en la provincia más pura del amor o salda alguna cuenta, que no necesariamente tiene que ver con dinero o cosa material alguna. Una carta puede ser una lápida o una rosa encendida.


Olvido




Conservar algo que me ayude a recordarte sería admitir que te puedo olvidar

William Shakespeare

Lo Niego Todo




"Si es para hacerme daño, sé lo que me conviene..."

Sabina - Lo Niego Todo

Knockin' on Heaven's Door



Bob Dylan



Los Napoleones del fin de semana

  Hay un brillo inquietante en sus ojos cuando acuden cada sábado a la cita. Llegan uno tras otro, casi furtivamente, con sus cajas y reglam...