viernes, 21 de marzo de 2014

Ayudame a mirar




Cuenta Eduardo Galeano que un padre quiso llevar a su hijo, que no conocía el mar, a descubrirlo: 

"Viajaron al sur. Ella, la mar, estaba más allá de los altos médanos, esperando. Cuando el niño y su padre alcanzaron por fin aquellas cumbres de arena, después de mucho caminar, la mar estalló ante sus ojos. Y fue tanta la inmensidad de la mar, y tanto su fulgor, que el niño quedó mudo de hermosura. Y cuando por fin consiguió hablar, temblando, tartamudeando, pidió a su padre: – ¡Ayudame a mirar!" 


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