El sabio no se duerme porque deba,
ni siquiera porque quiera,
sino porque tiene sueño.
Raymond Smullyan - Silencioso Tao, Reflexiones de un científico al otro lado del espejo
Hay un brillo inquietante en sus ojos cuando acuden cada sábado a la cita. Llegan uno tras otro, casi furtivamente, con sus cajas y reglam...
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