"Recopilar, juntar escritos para su publicación, más que una forma de arte es una modalidad de archivo. Sin embargo, cuando se ejerce el privilegio de desechar, cuando la colección es voluntariamente incompleta, entonces ya se ingresa en un distrito artístico. Todo arte es elección...
... Mi tenue disculpa se escribe así: recopilar textos propios es acaso soberbio, pero también melancólico. Mira uno viejas fotos de su alma y siente muchas veces esa mezcla de ternura e indignación que producen las antiguas piruetas, ya desechadas por la desconfiada madurez."
Con estas palabras, y otras que he omitido concientemente, describe Alejandro Dolina en un prólogo a modo de "Advertencia", lo que uno encontrará en ese magistral libro que es Crónicas del Ángel Gris.
Como Dolina, me gusta ver este blog como una cuidadosa elección de escritos, no ya propios -aunque alguno haya- que son como fotos de mi alma que me muestran más cabalmente que una de esas groseras autofotos que tan de moda están actualmente. Esas instantáneas reflejan lo que me es afín, lo que me revela y me estimula. Son los reflejos que pude, o quise, aprehender de lo que los espejos a mi alrededor emitían. En estas frases puedo ver lo que soy, lo que alguna vez fui e incluso se pueden ver, casi como en tiempo real, alguna de las piruetas que todavía me tienen en el aire.
Por supuesto que, a diferencia de los escritos de Dolina, no tienen una finalidad artística. Solo lo utilizo como herramienta para revelar lo que soy, como un auxiliar que me permite ir buscando y entender eso que intuyo tras las máscaras... son ideas que me sirven para intentar dar forma a lo que es solo una intuición borrosa en el caos original. Son bocetos a carbonilla para delinear un cuadro final que, quizás, nunca pueda pintar.
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