domingo, 27 de octubre de 2013

Expresar




El hombre se expresa para llegar a los demás, para salir del cautiverio de su soledad. Es tal su naturaleza de peregrino que nada colma su deseo de expresarse. Es un gesto inherente a la vida que no hace a la utilidad, que trasciende toda posibilidad funcional. Los hombres, a su paso, van dejando su vestigio; del mismo modo, al retornar a nuestra casa después de un día de trabajo agobiante, una mesita cualquiera, un par de zapatos gastados, una simple lámpara familiar, son conmovedores símbolos de una costa que ansiamos alcanzar, como náufragos exhaustos que lograran tocar tierra después de una larga lucha contra la tempestad.


Del libro "La Resistencia", de Ernesto Sábato.



Esa necesidad prescinde del interlocutor, es como un mensaje que es necesario entregar aunque no tenga destinatario. Lo que importa no es tanto que el mensaje sea entendido como el esfuerzo que se hace para decir lo indecible, el sacar a la luz eso que nos agobia, que nos atormenta... pero hay veces, muy pocas, que aparecen personas que parecen entender ese mensaje.


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