lunes, 7 de octubre de 2013

Corazón




Extracto del libro "El fin del mundo y un despiadado país de las maravillas", de Haruki Murakami

—Entonces, ¿tú tampoco entiendes lo que es el corazón?
—No siempre lo entiendo —dije. En ocasiones sólo logro entenderlo mucho después, cuando ya es demasiado tarde. La mayoría de las veces, las personas tenemos que tomar decisiones sin entender nuestro corazón, y esto nos hace titubear.
—A mí me parece que el corazón es algo muy imperfecto —dijo ella sonriendo.
—Sí, también a mí me lo parece. Es muy imperfecto —dije—. Pero deja huella. Y podemos seguir su rastro, del mismo modo que se siguen las pisadas sobre la nieve.
—¿Y adónde conducen?
—A uno mismo —respondí—. El corazón es así. Sin corazón no llegas a ninguna parte.

Si, el corazón es imperfecto... tan imperfecto e inexplicable que uno tiene miedo de seguirlo sin tomar algunos recaudos racionales. Pero, como dice el escrito, deja huella y podemos seguir su rastro. Las huellas que deja el corazón son indelebles, al menos a mi así me parecen o las percibo. En cambio las de la razón son esquivas y volátiles, cambiantes... fáciles de seguir y entender pero a poco que uno empieza a trabajar con ellas, a intentar seguirles el rastro, nos damos cuenta que no podemos fiarnos de ellas, salvo que tomemos la decisión de defenderlas aunque hayan perdido su significado. 
Como el autor del texto, creo que sin el corazón no llegamos a ninguna parte aunque, lo se por haberlo sufrido, tampoco es un guía perfecto. Uno puede perder el rumbo como con cualquier GPS si carga mal las coordenadas o, por un motivo cualquiera, pierde la clave para descifrar los mensajes que nos envía. Aún así me gusta emprender el camino, sobre todo aquel que es ineludible, con la guía del corazón y no de la razón...


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