lunes, 30 de junio de 2014

En Todo te Equivocas




"Aquel exige reconocimiento: hizo por ellos esto o lo otro... pero no hay tampoco don cosechado y provisión hecha. Tu don es circulación de uno a otro. Si no das más, nada diste. Me dirás: "Fui meritorio ayer y conservo el beneficio." Y contestaré "¡No! Habrías muerto con ese mérito si hubieses muerto ayer ciertamente; pero no has muerto ayer. Solo cuenta en que te has transmutado a la hora de la muerte. Del generoso que ayer eras, extrajiste de tí este mezquino de hoy. El que muera será mezquindad."
...Si el centinela se cansa de vigilar el horizonte y se duerme, la ciudad muere. No hay provisión de rondas ya cumplidas. No hay provisión de latidos reservados por tu corazón en algún lugar. Hasta tu granero no es provisión. Es escala. Y labras la tierra al mismo tiempo que la saqueas. Pero en todo te equivocas. Te imaginas descansar de la creación por el acopio de objetos creados en el museo. Apilas allí hasta a tu pueblo. Pero no hay objetos. Hay sentidos diversos de ese mismo objeto en distintas lenguas. No es una misma la piedra negra para el pescador, la cortesana o el mercader. El diamante vale cuando lo extraes, cuando lo vendes, cuando lo das, cuando lo pierdes, cuando lo encuentras, cuando adorna una frente para una fiesta. Nada sé del diamante común. El diamante de todos los días no es más que guijarro vacío. Y bien lo saben las que lo tienen. Ellas lo encierran en el más secreto cofre para que duerma. No lo sacan sino el día del cumpleaños del rey. Entonces se torna movimiento de orgullo. Ellas lo recibieron en la noche de la boda. Era movimiento de amor. Una vez fue milagro para quien rompió su ganga..."

Antoine de Sait-Exupéry - Ciudadela, Cap. CXCVI


No hay comentarios:

Publicar un comentario

Los Napoleones del fin de semana

  Hay un brillo inquietante en sus ojos cuando acuden cada sábado a la cita. Llegan uno tras otro, casi furtivamente, con sus cajas y reglam...