sábado, 28 de diciembre de 2013

Electricidad




El estudio de la electricidad en nuestros días abarca un vasto campo de fenómenos, todos los cuales nos devuelven, en última instancia, a los conceptos fundamentales de carga eléctrica y de campos eléctrico y magnético. Estos conceptos se contienen en este momento a sí mismos, son conceptos últimos, y no se explican en función de otros. En el pasado han existido diversos intentos por explicarlos en función de fluidos eléctricos y alcoholes cuyas propiedades eran las mismas que las de los cuerpos materiales conocidas por nosotros a través del estudio de la mecánica. De cualquier manera, actualmente descubrimos que los fenómenos de la electricidad no pueden ser explicados de ese modo, y existe una tendencia a explicar todos los otros fenómenos en función de la electricidad, tomando a esta como la cosa fundamental. La pregunta "¿Qué es la electricidad?" es, por lo tanto, esencialmente imposible de responder, si con ella se pretende una explicación de la naturaleza de la electricidad en función de cuerpos materiales.

Profesor Harold A. Wilson, en su artículo de la Encyclopaedie Brittanica de 1947 sobre "Electricidad"

Proviniendo de un científico, esto es pura metafísica. Cambiemos unas pocas palabras y será lo mismo que si Santo Tomás de Aquino escribiera sobre Dios.

Alan Watts, El Camino del Tao


4 comentarios:

  1. Desconocemos la esencia de masa inerte o masa material así como la de carga eléctrica. Sólo conocemos sus manifestaciones medibles. Sus definiciones son puramente operativas. Ignoramos su naturaleza última. Sin embargo podemos utilizarlas y crear instrumentos y artefactos. Con la Metafísica, tametá fisicá, lo que está detrás de la Física, poco se ha avanzado. Hay que dar a la ciencia su justo valor. Al igual que a las otras ramas del conocimiento. Lo metafísico y lo científico son realidades distintas con diferentes medios, incompatibles, de estudio e interpretación.

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  2. Claro, de eso se trata, del justo valor... lo que sucede es que muchas veces el valor de la ciencia está sobre dimensionado. Para conseguir esa posición nos sacude sus verdades obtenidas por caminos mensurables y comprobables, nos muestra el lenguaje utilizado y sus reglas y nos desafía a repetir y comprobar los resultados obtenidos. Pero claro, si yo defino a priori ese lenguaje y sus reglas y, además, establezco que todo aquello que no se atiene a esas reglas no puede ser tenido en cuenta porque lisa y llanamente es indemostrable (con esas reglas), es fácil inferir que los resultados no caerán muy lejos... ahora bien, que sucede si el lenguaje que utiliza la ciencia es mezquino, escaso o directamente inservible?... qué sucede si esas verdades sobre las que se basa toda esa construcción son erróneas?

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  3. La ciencia no puede considerar aquello que no puede medir pues su esencia se encuentra en que la repetición de los resultados, la contrastación que no es desafío sino necesidad, es fundamental para ser aceptados los resultados con los que se elabora la teoría, los modelos, o explicación de la naturaleza. La repetición confirma el comportamiento del mundo físico. El lenguaje, creado necesariamente para poder expresar los conceptos, es el necesario y suficiente; no es definido a priori sino que se ha generado progresivamente a medida que surgió su necesidad, generalmente acudiendo al griego y latín como lenguas muertas pero madres de los idiomas romance. Lo que no puede medirse está fuera de la ciencia, en otro nivel de la realidad; la ciencia no lo niega ni afirma, simplemente queda fuera de su entendimiento, aunque hay científicos que en esto se exceden inadecuadamente.
    La verdad de la ciencia es la medida. La interpretación de los resultados puede ser errónea pero darán lugar a cuestiones que llevarán a nuevos experimentos y que permitirán afinar la interpretación. La interpretación y conocimiento de los significados de las magnitudes y leyes varía con el tiempo dando lugar a un paradigma aceptado por el estatus científico. A veces explicaciones de fenómenos que se salen de ese paradigma son anatematizadas pero producen crisis que acaban transformándole si las explicaciones y cuestiones que plantean son más completas que las precedentes, dando lugar a un nuevo paradigma.
    Las verdades científicas son interpretaciones de medidas que continuamente son puestas bajo la crítica. Los conceptos metafísicos no pueden autocriticarse de esta manera y navegan, en gran número de casos, por los mares de la desorientación, siendo terreno abonado para diletantes y vividores de palabra fácil.
    Me entusiasma la ciencia y me asombran los espacios ganados por el pensamiento filosófico, pero a este no se accede con la medida.

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  4. Me gusta como expresás lo que creés, aunque sienta que no es mi manera de ver las cosas. Me gusta que lo defiendas como lo defendés porque, en definitiva, creo que si existe una verdad, está a mitad de camino entre dos extremos a simple vista irreconciliables.
    Un abrazo

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