domingo, 1 de diciembre de 2013

Contentarse con poco




Toulouse, 24 (de noviembre de 1926) 


Acabo de regresar. No he encontrado nada tuyo. No me escribas, no vale la pena. Mira, para no esperar nada no te doy ni la dirección de allá. Soy excesivamente ridículo. No tiene sentido ir mendigando así una amistad. Yo tenía necesidad de escribirte y tú no tenías ninguna necesidad de que lo hiciera. Puede ocurrir. Quizá te juzgue injustamente pero así sufriré menos y es mejor. Ya no te escribo más, aunque me hayas contestado, da lo mismo: no has sido capaz de hacerlo la noche en que lo habías prometido. No sé por qué razón voy a mandar esta carta. Hace unos días rompí tres, bien puedo romper la que hace cuatro. ¡Bah! será mi despedida. Y no te veas obligada a un recuerdo: ahora ya pienso que todo me da igual. Mi fallo está, Rinette, en haberte pedido demasiado. En haber esperado demasiado de ti... Ahora me doy cuenta y me sabe mal. Pierdo una buena amistad y no te tengo rencor. Es culpa mía si no sé retroceder y contentarme con poco.

Cartas a una amiga inventada - Antoine de Saint-Exupéry


2 comentarios:

  1. Soledad espiritual, necesidad de comunicarse con alguien, de comunicar lo incomunicable... claro, no hay interlocutores válidos para aquellos que se alejan demasiado de la orilla.

    ResponderEliminar
  2. "Me había jurado a mí mismo no volver a escribir. Pero acabo de regalar tres cigarrillos a un mendigo porque se ha mostrado tan feliz que he querido hacer durar aquella expresión en su rostro. Me siento lleno de bondad y de indulgencia. Te perdono. Y además... la otra noche telefoneé a Bertrand con tal hipocresía que no me lo quería confesar ni a mí mismo. Me has domesticado y me he vuelto humilde. En el fondo es dulce dejarse domesticar. Pero tú me costarás otros días de tristeza y estoy bien equivocado."

    El interlocutor no sabe, no puede saberlo, lo que significa ese pequeño puente construido con letras escritas, con palabras... con un gesto. Es la diferencia entre un abismo insondable, la soledad más absoluta y un respiro, un poco de aire fresco que alivie esa soledad. Aunque no la pueda evitar, es un pequeño respiro para seguir caminando...

    ResponderEliminar

Los Napoleones del fin de semana

  Hay un brillo inquietante en sus ojos cuando acuden cada sábado a la cita. Llegan uno tras otro, casi furtivamente, con sus cajas y reglam...