sábado, 21 de diciembre de 2013

Dragón II




Dragón II


Las claves de su personalidad


Ambición:

¡Se le queda corta esta palabra! Para algunos, la ambición es como una montaña que se sube piedra a piedra. El dragón, en cambio, piensa que ha nacido en la cumbre del Himalaya y que, desde allí, debe construirse un edificio cuya sombra abarcaría el mundo entero. Se cree infalible, como los mismos dioses; su suerte le permite estar a la altura de sus ambiciones y, como no teme el vértigo de las alturas,cabe preguntarse, cuando se le oye soñar en voz alta, si sabría conformarse con dominar la armonía del cielo y de la tierra… Guerrero de causas perdidas, los obstáculos y las dificultades serán un estímulo para él.
Si su vida fuera llana como una pradera, se moriría de aburrimiento y se refugiaría en el sueño y el opio.

Amistad:

Fascinante, escuchado y adulado, el Dragón vive con una corte de súbditos que beben sus palabras como si fueran licor de arroz, pues tiene una enorme capacidad para las relaciones públicas. Puede hablar de cualquier tema, pues su espíritu crítico y analítico comprende muy rápidamente la situación en la que se encuentra. Nadie se aburre con él, y sus amigos le profesan una fidelidad que se asemeja a la abnegación. No obstante, si hace favores, será para defender un proyecto en el que se pongan de relieve sus capacidades. Molestarle en sus alturas por una cuestión trivial, podría dañar su susceptibilidad. Cuando da un consejo es para que sus amigos lo sigan, de lo contrario les borra de su memoria, pues considera que no puede perder el tiempo. Sus amistades son muy fluctuantes, su grupo de amigos se renueva continuamente. Todo el mundo sueña con ser su amigo, pero, como sabe que puede escoger, pocos son los elegidos. Solo el Mono y la Rata pueden pretender permanecer a su lado durante varias lunas.

Amor:

"Cuando encuentres una persona que pueda permanecer en pie, frente a ti, bajo el sol de mediodía, y veas en ella, a pesar de todo, puntos de sombra donde solo tu alma pueda penetrar, ese día te encontraras frente al amor ideal que ni las estaciones alteran..."
Estos versos pertenecientes a una canción popular, retratan al Dragón frente al amor. Idealista, quiere encontrar la perfección. Sin embargo su capacidad para el análisis le muestra enseguida los desencantos de la ilusión. Durante mucho tiempo se encontrará así, buscando constantemente, siempre amado, siempre deseoso de amar y desolado por no poder soportar los defectos del ser querido que, instantáneamente, se desacredita ante sus ojos.
Es demasiado sincero para jugar con los corazones, pero esta sinceridad le impide quedarse allí donde se aburre. Pues quiere algo nuevo cada día, un jardín de flores en incesante renacer. Una vez encontrada la perla, ésta tendrá que adularlo, aplaudir sus proezas y dejarlo libre como el viento. Y aunque la puerta esté abierta, se le olvidará partir...

Astucia:

"El hombre astuto se dejará ver en el Camino, el hombre que sigue el Camino no conoce la astucia, el sabio sortea los peligros del Camino..."
El Dragón, por su parte, sortea los peligros de todos los Caminos y prefiere no seguir nada más que su propio Camino. No es un ser astuto, es lúcido.

Aventura:

Si esta palabra no existiera, tampoco existiría el Dragón. ¡Hasta tal punto el nacido bajo este signo vive la aventura!
Le gustan exclusivamente los desafíos que lanza a los cuatro vientos, el riesgo, las grandes batallas donde su alma de líder puede explayarse, dando órdenes y contraórdenes a una armada dócil y obediente.
Cuanto más imposible parezca el recorrido, ¡más temblarán de alegría las escamas del dragón!
Que nadie se atreva a obstaculizarle el camino hacia la gloria, pues desvastaría con su fuego toda la Tierra y el jazmín cesaría de perfumar el aire ya quemado.

Compañero de viaje:


Dragón/Mono

Si por lo menos este Dragón no tuviera esa pretenciosa afición de aparentar, sería un genio querido por todos e incluso divertido.
Le gusta tirar de los hilos de una humanidad a la que conoce de memoria, convirtiéndose en el emperador de las marionetas. A veces, la astucia y la lucidez del Mono le causan daño, pues, bajo sus payasadas, esconde una gran tristeza porque no puede ser más superficial para amar en paz.

Cualidades:

Que el Dragón intente leer estas líneas con la modestia de la que carece, pues es: afortunado, perseverante, trabajador, audaz, optimista, inteligente, perspicaz estratega, excelente maestro, independiente, cultivado, leal, franco y conquistador.

Defectos :

Que el Dragón lea estas líneas él solo, pues su gran susceptibilidad le impide compartirlas con nadie, ya que es: intolerante, despótico, rebelde, megalómano, orgulloso, susceptible, testarudo, belicoso, despreciable e impaciente.

Dragón/madera

Es un Dragón creativo. Será menos autoritario que los otros, pues, curioso por naturaleza, sabe ponerse a veces él mismo en entredicho. posee una doble tendencia: por un lado sueña con crear y siente la turbación de lo artístico y, por otro, su realismo le empuja a exigir resultados concretos. Extremadamente perfeccionista, puede no obstante hacer concesiones.

Enemigos:

El Dragón cada día se va haciendo más enemigos, incluso entre sus antiguos amigos, que ya no quieren seguirle. Efectivamente, puede ser rencoroso, pero no tiene tiempo de preocuparse de sus enemigos. Son sus enemigos precisamente los que sí piensan en él, pero no hace ni caso, pues sabe que "el viento disemina las palabras venenosas por los campos, donde se pudren solitarias..."

Envidia:

El Dragón no soporta no ser el centro de las preocupaciones de los demás, cuando él así lo desea. Si siente que alguien se le escapa, su pasión se encenderá y su envidia no tendrá límites. Su necesidad de sinceridad total en el ámbito de los sentimientos le confiere una total intransigencia en lo que respecta a la disponibilidad y la fidelidad del ser querido. Si le engañan, puede llegar a los extremos más insospechados. Es preferible contarle todo; no obstante, no se le escapa nada, aunque ante una falta que le haya sido confesada sería un poco más magnánimo.

Familia:

Como tiene que explorar muchas tierras y conocer gente muy diversa y como también cree en el amor ideal..., creará una familia en un momento avanzado de su vida. Le gustará entonces tener niños, a los que considera sinceramente el futuro del mundo…si siguen sus preceptos. Muy apegado a la educación, será un padre (madre) a la vez autoritario y benévolo, pues, fuera de la educación tradicional, les dará una total libertad de acción. No es fácil tener un padre (madre) Dragón, adulado por todos, que hace respetar su ley en su casa a grandes voces e incluso con severidad..., para después sentirse abandonados al mundo desde muy jóvenes. No obstante, los que superan este tipo de educación serán personas muy libres.

Fantasía:

Su fantasía sigue una lógica inquebrantable: que el mundo sea igual que sus propios fantasmas. ¡Si no lo es, seguirá una lógica interna desafiando la lógica de la realidad, a la que despreciará abiertamente! Si hay una tormenta terrible y él ha decidido que hace un sol radiante, se irá a pasear sin protegerse…¡y solo su cabeza será impermeable a las exhortaciones de los que le rodean!

Felicidad:

Su contagioso optimismo hace de él una persona dotada para la felicidad; pues sabe obtenerla de su descomedimiento imperial.
Si una sombra viene a apagarla, la combatirá, obteniendo alegría y emoción de esta lucha.
La felicidad no tiene el mismo sentido para todo el mundo, y serían necesarias tantas palabras como especies de flores hay para denominar la que corresponde a cada uno.
La felicidad del Dragón no es tranquila, está tejida en una malla de cotidianeidades y bienestar.
No intenta imitar la felicidad que reina en la casa de los demás. Se considera una persona excepcional con su propia felicidad, más allá de las contingencias de los débiles.
Que nadie intente juzgarle, las palabras de los demás no le afectan. Su felicidad consiste en vivir majestuosamente el instante presente dilatándolo hasta la eternidad.

Fidelidad:

Hasta que no encuentre la estabilidad en su pareja ideal, el Dragón cambiará de compañero con facilidad. Lo hará sin diplomacia, con una franqueza a veces cruel. No obstante, una vez que sienta la pasión, así como exige lo mejor del otro, también dará lo mejor de sí mismo y nunca soñará con un acto tan bajo como el de faltar a la fidelidad prometida. Se convierte en el garante de un hogar estable..., que deberá aguantar a cambio sus cambios de humor. Solo es fiel cuando ama profundamente, y se considera libre de marcharse una vez apagado el sentimiento, aunque tenga quince hijos..., a los que  se llevará bajo el brazo.

Fuerza:

Es como su valentía: natural. Posee tal confianza en sus posibilidades, que no le parece necesario utilizar su fuerza para poner remedio a los asuntos. Como el río que corre sin cesar, como la sangre que circula por su cuerpo y por las venas del mundo, su fuerza es inagotable. posee la fuerza de la palabra, la resistencia y la vitalidad. Solo le falta la fuerza de saber detenerse a tiempo...

Honor:

Leal y honrado, el Dragón respeta muchísimo el honor, aunque solo su propio código del honor, que se asemeja al de los guerreros de antaño. Puede incluso llegar al fanatismo si una idea es útil a su ideal. Y si alguien cae en falta, su cólera será venenosa.

Hospitalidad:

Su puerta estará majestuosamente abierta a todos, pues es generoso por naturaleza. No obstante, le gustará sentirse rodeado de gente muy especial, pues necesita constantemente reflejarse y fortalecerse en la mirada de los demás para reafirmar su superioridad. Sin embargo, si está de un humor de perros, ni los propios dioses podrían forzar su puerta, pues sabe protegerse contra todo. le gusta dar solo que realmente desea dar, nunca más, y jamás será una persona servil. Sus recepciones serán grandiosas, desmesuradas y fastuosas; adora los ritos y los protocolos, que adorna ingeniosamente con su grandilocuente fantasía.

Ideal:

¡Una palabra mágica para este ser mítico! Mitad hombre, mitad dios, se pasará la vida en busca de un ideal que desearía desalojar del jardín de los dioses, para llevarlo al hogar de su vida terrenal. A veces, su espíritu debe volver al ámbito celeste, del que siente nostalgia, intentando recrearlo en la Tierra, para extraer de él su esencia divina. No es necesario decir que sus ideales nobles y elevados son incomprensibles para el común de los mortales, casta a la que está seguro de no pertenecer.

Imaginación:

Cuando no sueña con ser el dueño de los cielos y la tierra, pone su imaginación al servicio de las grandes hazañas. Sus ideas, siempre originales, incluso las más simples, proporcionan a los objetos una dimensión superior. Y si por casualidad su compañero de viaje le hace regresar a la realidad, se convertirá en un niño grande y, antes de dormirse, se inventará cuentos y creerá vivir en palacios que brillarán como mil fuegos artificiales.

Infancia:

Es, en cierto modo, el niño prodigio del que todos los antepasados se enorgullecen. Sin embargo, el niño Dragón se ahoga enseguida en un universo que muy pronto aprende a juzgar, y solo sueña con romper el cascarón familiar, demasiado reducido para él, e iniciar el vuelo.
Colérico, nervioso y orgulloso, se enfrentará al cabeza de familia como un verdadero guerrero que ya conoce la medida de su adversario. Amable y servicial, no deja de juzgar tampoco a sus hermanos mayores, no se calla ante ellos; abandonará lo antes posible a su familia, con la que mantendrá unos lazos a veces afectuosos y, generalmente, lejanos y condescendientes. No tiene la sensación de haber sido educado, sino de haber sido "guardado", matiz que no olvidará jamás, a menos que haya tenido un padre (madre) Mono, pues éste seguirá siendo su amigo y su igual.

Inteligencia:

Posee un gran poder analítico y de síntesis. Además, el don de la clarividencia le permite analizar minuciosamente tanto a los hombres como las situaciones. Poco influido por las opiniones comunes, su juicio será tajante y dominador, pero digno de gran confianza.

Matrimonio:

Como no le es fácil encontrar a su compañero ideal, el Dragón se casará generalmente muy tarde, después de haber hecho pasar a su compañero un buen número de pruebas. Una vez hecho esto, será el líder absoluto de la pareja, protegiendo a su familia, pero sin tolerar ninguna rebelión. ofrecerá todo lo que posee a su compañero ideal, que, si sabe estar a la altura de las circunstancias, puede estar seguro de encontrar en el Dragón "una cueva cosida en oro y piedras preciosas" para él sólo, pues éste no cesará de colmarle y protegerle.

Orgullo:

Esta palabra se queda demasiado corta para calificar el descomedimiento del Dragón. Si un viajero hiere su orgullo, su cólera quemará las tierras, desde la taiga hasta las grandes montañas. Según él, no es orgulloso, solo es franco en lo que concierne a sus capacidades.

Pasión:

Este signo tan cerebral desconfía de las pasiones, pero cae siempre en ellas, pues son el motor de su existencia. Una vez que el rayo de la pasión le ha rozado, el Dragón sale de las entrañas de la tierra para saciar sus deseos en ese mismo instante.
Su afición a las técnicas estratégicas le proporciona los medios necesarios para llegar rápidamente a "romper el fruto" de su pasión.

Pereza:

¡Que palabra más ajena al Dragón, cuya vida se compone únicamente de acción! Como para él el trabajo es un placer, el descanso y, sobre todo, la pereza serían una verdadera prisión. "…El trabajo es un descanso para los que son felices de aceptar el largo trayecto del Camino..."

Prudencia:

El Dragón, como cualquier signo extremista, tiene dos caras: una analítica, que le permite avanzar por terreno seguro; otra pasional, que puede hacerle perder todo sentido de la medida y la prudencia más elementales. Nunca se sabe qué cara mostrará el Dragón...

Rencor:

Su cólera es tan violenta que nadie puede olvidarla. Sin embargo, él enseguida borra de su memoria a los que considera indignos de que se pronuncie su nombre. ¡No es rencoroso por desprecio!

Reputación:

Así como necesita sentirse rodeado y admirado, se ríe totalmente de la opinión de los demás. Este semidios se considera más allá del pensamiento del vulgo. Solo le importa la idea que tiene de sí mismo.

Salud:

Es tan robusto como el granito; su naturaleza le protege durante mucho tiempo de las enfermedades enviadas por Wen-Chen, dios de las Pestilencias. No obstante, su incapacidad para descansar le expone al cansancio nervioso.
Le interesa, por tanto, consultar regularmente a un acupuntor que haga circular las energías del equilibrio en su organismo.

Seducción:

El Dragón, contrariamente a lo que pueda pensarse, es extremadamente tímido.
Solo empleará el juego de la seducción cuando haya encontrado la estrategia adecuada que le permita no tener que soportar ningún rechazo.
A un nivel más superficial, le gustará seducir por el placer de que lo admiren. ¡Sin embargo, en este caso, su encanto será más activo, sin que él mismo se de cuenta!

Timidez:

Si el Dragón no conoce las ansias de la timidez es porque su capacidad estratégica es lo suficientemente buena como para proporcionarle confianza en sí mismo y en el terreno por el que avanza, incluso en el caso de que al observador exterior esto le parezca que es lo más natural del mundo. "La timidez es, a menudo, la señal del hombre que teme la fuerza de su propio exceso..."

Tradición:

A menos que le sirvan para algún fin específico, el dragón se burla generalmente de las tradiciones, que considera anticuadas e inútiles para los fuertes y los líderes. Sin embargo, a pesar de todo, desearía que su ejemplo se convirtiera en tradición para sus sucesores...

Valentía:

"Los héroes no conocen la valentía, pues desde hace tiempo han olvidado la sombra desvastadora del miedo..."
Por ello, no puede decirse que el Dragón sea valiente ¡puesto que no teme a nada ni a nadie!

Voluntad:

Su voluntad es sólida y precisa como el filo del sable de un guerrero. Y, si no pudiera ejercerla hacia el exterior, volvería esa fuerza contra sí mismo.


Horóscopo Chino, Laurene Petit / Shao-Hin, El Dragón


1 comentario:

  1. Ufff, difícil de asimilar... Mucho elogio y eso, ya se sabe, no es bueno. También algunos palos duros y certeros. En general me gusta la definición que puedo extraer de este texto. Se aproxima mucho a lo que creo ser... diría que me calca. Ahora vamos a ver que es lo que las líneas energéticas dicen sobre lo que vendrá...

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