Sople como sople el viento,
vaya como vaya el mundo,
¡a mí me va bien!
Anónimo Taoísta
Del libro Silencioso Tao, de Raymond Smullyan
Hay un brillo inquietante en sus ojos cuando acuden cada sábado a la cita. Llegan uno tras otro, casi furtivamente, con sus cajas y reglam...
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