jueves, 28 de noviembre de 2013

Puntos de vista




Una niña indígena perseguía al director del equipo, silenciosa sombra pegada a su cuerpo, y lo miraba fijo a la cara, de muy cerca, como queriendo meterse en sus raros ojos azules. El director recurrió a los buenos oficios de Ticio, que conocía a la niña y entendía su lengua. Ella confesó: –Yo quiero saber de qué color ve usted las cosas. 

–Del mismo que tú –sonrió el director. 

–¿Y cómo sabe usted de qué color veo yo las cosas?



Eduardo Galeano


No hay comentarios:

Publicar un comentario

Demasiados libros

"Mies van der Rohe, que Dios tenga en su gloria, presumía de haberse dejado sus ahorros adolescentes en la compra de libros. Formó una ...