"Toda la rutina de la vida, vestirnos y desvestirnos, el trajín del trabajo, llevar a cabo las diversas operaciones, se hace sin referencia mental al dolor y al placer, excepto en contadas ocasiones Se trata de actos motor-idea. No respiramos por el placer de respirar, sino que simplemente descubrimos que respiramos. No escribo por el placer de escribir, sino sencillamente porque una vez empiezo, y estoy en un estado de excitación intelectual que me mantiene en marcha, descubro que sigo escribiendo. ¿Quién pretendería que cuando maneja un cuchillo en la mesa, lo hace por el placer que le reporta o el dolor que debe eludir? Hacemos estas cosas porque no puede ser de otro modo; nuestros sistemas nerviosos están conformados de tal modo que actúan de esta forma; y a la mayoría de nuestros actos al azar o puramente "nerviosos", y pautas de comportamiento programadas, no podemos asignar razón alguna."
Pasaje de William James, citado por Raymond Smullyan en "Silencioso Tao"
Hola Tegularius,
ResponderEliminarNo había leído esto nunca. Así funciona.
Sé que si empiezo a escribir no paro hasta que lo acabo. Viene en rachas compulsivas, jejjejejej Pero también es posible sentarse con una idea, poner un título provisorio, escribir la primer frase y todo lo demás sale solo.
Hay momentos en que te embrollas, porque la cosa viene algo confusa, es una idea muy grande y compleja y cuesta hacerla coherente para el que lee. Es que también el que escribe no la registra con total claridad, como una música que se lleva el viento.
Uno sabe que por ahí va la cosa pero está entrecortada.
Nunca había escrito más que trabajos para mis estudios. Es que ahora lo que escribo es para transmitir, para comunicar y unir.Para la bandada.
Hay placer en la obra, pero no hay deseo. Ningún deseo. Es como que lo haces porque empezaste y sigues hasta terminar. Poner las ideas por escrito es aprender, como si estuvieras leyendo. Desde que escribo comentarios al I ching mi comprensión es cada vez más profunda. Es un antes y un después. Por eso vuelvo a viejas entradas cuando las circunstancias de la vida renuevan algo que ya escribí y me presentan otra mirada fresca.
En realidad nunca acaba.En realidad obedecemos.La espontaneidad es obedecer.
Gracias por estas perlitas, son muy valiosas
Un abrazo