jueves, 27 de febrero de 2014

Y dale con querer saber...




¿Qué garantía hay de que los cinco sentidos, en conjunto, cubran todas las experiencias posibles? Lo que siempre abarcan es nuestra experiencia real, nuestro humano conocimiento de hechos y eventos. Hay espacios entre los dedos; también los hay entre los sentidos. En estos huecos acecha la oscuridad, se esconde la conexión entre las cosas... Esta oscuridad es la fuente de nuestros temores y ansiedades, pero también la morada de los dioses. Solo ellos ven las conexiones, la coherencia total de todo lo que ocurre; eso que ahora viene a nosotros en pedazos y trozos, los "accidentes" que solo existen como tales en nuestras mentes, a través de nuestra limitada percepción.

Alan Watts- El Libro del Tabú


Esos espacios vacíos entre las certezas, ya sea de nuestros sentidos o de nuestras efímeras construcciones racionales, es lo que me impulsa, lo que me desvela. 
Por algún desequilibrio congénito, intuyo que en ese vacío, en esos espacios, está lo que necesito saber, lo que, de alguna manera va a completarme y darme cierta tranquilidad...
No todas las búsquedas han sido vanas, pero siempre persiste, aún después de algún hallazgo valioso, ese residuo de insatisfacción con lo encontrado. Siempre, entre cada definición construida, hay un espacio, un vacío, que me lleva a continuar buscando...
Solo una cosa me tranquiliza entre tanta incertidumbre, en esos espacios vacíos, en esa oscuridad intersticial, son contadas las ocasiones en las que me encuentro con algún temor... casi siempre encuentro, o al menos intuyo que allí está, en un sitio que aún no alcanzo a ver, la morada de los dioses y la felicidad que anhelo. Esto hace que mi búsqueda, aunque muchas veces sea dolorosa, sea algo que me gusta y estoy dispuesto a seguir...




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