Nadie quiere soltar el testigo...ni ser el primero...
Nadie quiere morir ni siquiera quien quiere ir al cielo...
No me gustan los días contados ni voy a contarlos...que
en la calle de los imposibles se envuelven milagros...
Hay un brillo inquietante en sus ojos cuando acuden cada sábado a la cita. Llegan uno tras otro, casi furtivamente, con sus cajas y reglam...
Nadie tiene seguro de vida que cubra los sueños...
ResponderEliminaraunque sé que en la calle de al lado se vuelven eternos