Se sabe, desde siempre, que basta crear una ley para que el transgresor surja como contraparte necesaria e ineludible.
Intentar utilizar métodos violentos para acallar aquello que nos sacude profundamente, no solo no es efectivo, es contraproducente, puesto que solo pensar en el objetivo es lo que lo hace más fuerte, lo que lo sustenta.
Por tanto es conveniente utilizar los viejos métodos de la magia natural para que eso que queremos acallar, desaparezca. Dejarlo crecer hasta su punto máximo, observarlo crecer... a su tiempo vendrá su decadencia. Permanecer centrado, observando lo más serenamente posible.
Si está acá, si de algún modo se cruzó en nuestro camino, es porque algo tiene que decirnos. Algo debemos extraer...
¿Tienes paciencia de aguardar
a que tu fango se decante y el agua sea clara?
¿Puedes permanecer inmóvil
hasta que la acción justa aflore por sí misma?
Lao-Tse
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