domingo, 22 de marzo de 2015

Nunca ha de arrancarse la fruta




Nunca, nunca jamás ha de arrancarse la fruta de la rama
ni recogerse en toneles.
Aquel que quiera comer del amor ha de comerlo donde cuelga.
Aunque las ramas se doblen como juncos,
aunque la fruta madura manche la hierba o se arrugue en el árbol,
aquel que quiera comer del amor debe llevarse con él
solo lo que le quepa en la panza,
nada en el delantal,
nada en los bolsillos.
Nunca, nunca jamás ha de cogerse la fruta de la rama
ni almacenarse en toneles.
El invierno del amor es una bodega de arcones vacíos,
en un huerto que mulle el deterioro.

Edna St. Vincent Millay

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