martes, 13 de mayo de 2014

Instrucciones para Andar en Bicicleta




Las instrucciones para andar en bicicleta, me doy cuenta, sirven para casi cualquier asunto, aunque a veces uno pierda de vista las razones más útiles, traspapeladas en la agenda del día y el tono rojizo de un cielo perturbado.

No importa, volvamos al tema: las instrucciones para andar en bicicleta. Lo que hay que saber, quería resumir yo, para que la niña no se cayera al suelo recibiendo en la tierra el beso del miedo en la frente. El miedo que después te acompaña, el miedo que no es zonzo.

Entonces, después de sostener su marcha desde el fondo del asiento, empecé a soltarla de a poquito. La mayoría de las cosas funcionan así, ¿no? de a poquito, aunque uno quisiera que fuera de otra manera, de un tirón. Aprender todo de un tirón.

Una pareja miraba la escena, con un cachorro de raza que festejaba la libertad del verde amplio y un grupo de chicos se juntaba en una ronda a conversar, mientras la niña hacía equilibro con el manubrio de su independencia.

Uno contrasta la información que tiene en su historia y ahora, tarde pero seguro, le ofrece a sus padres cierta indulgencia cayendo en un lugar común del tamaño de una piñata.

El caso es la negociación con el azar y lo que uno puede hacer: los gurises aprenden todos los días una herramienta para andar por sí solos y al mismo tiempo los padres deben soltar algo a sabiendas que no hay alternativa más que confiar en lo que hemos hecho y lo que vendrá nacido de sus manos. Desde que empiezan a caminar, desde que se alimentan solos, desde que aprenden a andar en bicicleta.

Entonces son un poco más ellos y un poco menos uno. Tienen su modo. Entonces los recibe el mundo, tal cual uno lo conoce y entonces, también, esperamos que ellos encuentren su modo de andar, de sostener el manubrio, olvidar el miedo y viajar, en lo posiblemente, sin caer muy a menudo.

Yo se que ella se va acordar de este momento alguna vez y muchas veces. Pongo lo mejor de mí en la campaña proselitista de mi recuerdo y evito los retos y el tono alto que utilizó mi padre para largarme de la esquina de mi casa, cuesta abajo, sin muchos prólogos. Ella es nena, además, recontra nena, desde los rulos a la sonrisa, la forma de usar su cuerpo y la voz suavecita que me abraza el sueño.

Me entusiasmo, pero no se mucho más que repetir: Tené el manubrio firme, mantené el equilibrio y nunca dejes de pedalear, la idea es que andes por donde quieras y si dejás de pedalear te caes para un costado. No tengas miedo o si tenés miedo, pedaleá más fuerte, que lo importante es no caerse y si te caés no importa, te levantás y listo, te largas de nuevo.

De diferentes formas, generalmente con menos palabras, digo lo mismo un par de docenas de veces, hasta que la niña sale sola unos 30 metros, lejos de mi, sola ella, sobre el césped de la costanera media, al pie de la barranca, buscando a la mamá en el camino para ofrecerle su gracia.

Hay millones de cosas más por aprender, pero en esa lista interminable, entre los primeros lugares deben estar las instrucciones para andar en bicicleta. “Tené firme el manubrio, mantené el equilibrio, no dejes de pedalear porque te caes para un costado, olvidate del miedo y si tenés miedo pedaleá más fuerte”. Eso, calculo, sirve para casi cualquier asunto. Como tener muchos y buenos amigos, como hacer del amor una causa y el sentido principal de los días mientras dura la marcha.



Julián Stoppello de la Redacción de Entre Ríos Ahora
http://entreriosahora.com/instrucciones-para-andar-en-bicicleta/#comment-3447

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