sábado, 21 de septiembre de 2013

El sol




En algún lugar de Pennsylvania, Anne Merak trabaja como ayudante del sol.
Ella está en el oficio desde que tiene memoria. Al fin de cada noche, Anne alza sus brazos y empuja al sol, para que irrumpa en el cielo; y al fin de cada día, bajando los brazos, acuesta al sol en el horizonte.
Era muy chiquitita cuando empezó esta tarea y jamás ha faltado a su trabajo.
Hace medio siglo, la declararon loca. Desde entonces Anne ha pasado por varios manicomios, ha sido tratada por numerosos psiquiatras y ha engullido muchísimas pastillas. 
Nunca consiguieron curarla.
Menos mal.

Bocas del tiempo - Eduardo Galeano

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