jueves, 15 de agosto de 2013

Yo amo...




“El hombre es una cuerda tendida entre el animal y el superhombre, una cuerda tendida sobre un abismo. Es peligroso cruzar al otro lado, es peligroso quedarse a medio camino, es peligroso mirar atrás, es peligroso echarse a temblar y es peligroso detenerse. La grandeza del hombre radica en que es un puente y no una meta; lo que hay en él digno de ser amado es que es un tránsito y un ocaso. Yo amo a quienes no saben vivir como no sea hundiéndose en su ocaso, pues ellos son los que cruzan al otro lado.

...Yo amo a quien ama su virtud, pues la virtud es voluntad de ocaso y una flecha del anhelo. Yo amo a quien no se queda ni con una sola gota de espíritu, sino que quiere ser enteramente el espíritu de su virtud; y, así, cruza el puente bajo la forma de espíritu. Yo amo a quien convierte su virtud en su inclinación y su destino fatal. Y así, quiere seguir y no seguir viviendo por amor a su virtud. Yo amo a quien no pretende tener demasiadas virtudes, pues una sola virtud es más virtud que dos, ya que es un nudo más fuerte al que queda sujeto el destino fatal. Yo amo a aquel cuya alma se da por entero y no pretende que se lo agradezcan ni que le devuelvan nada; pues entrega siempre y no quiere conservarse a sí mismo. Yo amo a quien, cuando le favorece la suerte en los dados, se pregunta avergonzado: “¿Estaré haciendo trampas?”: pues ese quiere perecer."

Friedich Nietzsche - Así Habló Zaratustra


Amo a ese mismo hombre que ama Zaratustra, aunque a los ojos del humano normal sea un ser raro y casi despreciable.
Amo al que cuando debe hacer lo que dicta su conciencia no se fija en pérdida y ganancias propias sino solo en lo que debe ser hecho. Amo al que sigue su destino... aunque eso le cueste la vida, aunque eso le cueste sufrir...


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