miércoles, 28 de agosto de 2013

Sobre el amor




"No olvides que tu frase es un acto. No se trata de argumentar si deseas hacerme obrar. ¿Crees que voy a determinarme por argumentos? Encontraré mejores contra ti.
¿O has visto a alguna mujer reconquistar su amor por un proceso en el que ella pruebe que tiene razón? El proceso irrita. Ella no podrá reconquistarte mostrándose tal como la amabas, porque a esa ya no la amas más. Y lo he visto bien en esa desdichada que por haber sido desposada al son de una triste canción, volvió a cantarla la víspera del divorcio. Pero esa canción lo ponía furioso.
Tal vez podría reconquistarlo, si despertara a aquel que era cuando la amaba. Pero le hace falta un genio creador, porque se trata de cargar al hombre de algo, igual que lo cargo con una inclinación hacia el mar que lo hará constructor de navíos. Entonces, ciertamente, crecerá el árbol que irá diversificándose. Y de nuevo el reclamará la canción triste.
Para fundar en ti el amor hacia mí, hago nacer a alguien que está en ti que es para mí. Yo no te diré mi sufrimiento porque eso te disgustaría conmigo. No te haré reproches: ellos te irritarían con justicia. No te diré las razones que tienes para amarme, porque no las tienes. La razón de amar es el amor. No me mostraré tal como me querías. Porque a ése ya no lo quieres. de otra manera, aún me amarías. Pero te educaré para mí. Y si soy fuerte te mostraré un paisaje que te convertirá en amigo mío..."

Extracto del capítulo CXXXVII del libro Ciudadela, de Antoine de Saint-Exupéry


No hay comentarios:

Publicar un comentario

Los Napoleones del fin de semana

  Hay un brillo inquietante en sus ojos cuando acuden cada sábado a la cita. Llegan uno tras otro, casi furtivamente, con sus cajas y reglam...