miércoles, 27 de marzo de 2013

Salir de la Trampa




... la relatividad no es solo una cuestión humana, sino la verdadera naturaleza de la vida. Es una especie de acto de equilibrio, que se diferencia de los equilibrios normales en que el sistema siempre se equilibra. Por mucho que podamos alejarnos hacia un lado, la vida acostumbra manifestarse por el otro. Pero no podemos percibirlo así por exactamente la misma razón por la que de ordinario no pensamos que el espacio sea real. La mayoría de la gente siente que el espacio es nada. Pero cuando empezamos a pensarlo cuidadosamente, vemos que espacio y sólido son recíprocamente relativos, que no podemos concebir ningún cuerpo sólido, excepto en el espacio. Y, al revés, no podemos concebir el espacio, excepto ocupado por cuerpos sólidos...Tal y como dijo Einstein en una ocasión, el pez, claro está, no es consciente del agua. Y, de la misma manera, nosotros no somos conscientes del espacio como agente real de algún tipo, como algo que realmente está ahí. Así pues, así como pensamos que los cuerpos sólidos son más reales que el espacio, de la misma forma ponemos el énfasis en lo positivo - el aspecto yang de las cosas, en lugar del yin - y no en el negativo. Y por ello no hacemos más que permanecer en la búsqueda de las cosas positivas de la vida: el bien, el placer y demás, y llegamos a pensar que de alguna manera podemos poseerlas separadas y alejadas de sus polaridades opuestas. No olviden nunca que no se trata simplemente de un caso de oposición. Polaridad y mera oposición son conceptos algo distintos, porque cuando decimos que estos opuestos son polares, queremos decir que de hecho son los términos abstractos o extremos de una especie de continuidad que los une. Igualmente las dos caras de una moneda son superficies euclidianas de un cuerpo sólido: la moneda es una; el imán es uno. Pero las cabezas y los extremos son diferentes, y los polos positivo y negativo de un imán son diferentes. Lo que tenemos aquí es la paradójica situación de diferencias idénticas, explícitamente diferentes pero implícitamente uno.Y así vamos profundizando en la situación de comprender que no hay nada que podamos hacer para que todo sea siempre mejor. Y, en realidad, cuanto más tratamos de conseguirlo, más ciegos nos volvemos a la situación relativa, a la naturaleza de la realidad.


Alan Watts

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