“No es el crítico quien cuenta,
ni el que señala con el dedo al hombre fuerte cuando tropieza
o el que indica en qué cuestiones quien hace las cosas podría haberlas hecho mejor.
El mérito recae exclusivamente en el hombre que se halla en la arena,
aquel cuyo rostro está manchado de polvo, sudor y sangre,
el que lucha con valentía,
el que se equivoca y falla el golpe una y otra vez,
porque no hay esfuerzo sin error y sin limitaciones.
El que cuenta es el que de hecho lucha por llevar a cabo las acciones,
el que conoce los grandes entusiasmos,
las grandes devociones,
el que agota sus fuerzas en defensa de una causa noble,
el que, si tiene suerte, saborea el triunfo de los grandes logros
y si no la tiene y falla,
fracasa al menos atreviéndose al mayor riesgo,
de modo que nunca ocupará el lugar reservado a esas almas frías y tímidas que ignoran tanto la victoria como la derrota”
Theodore Roosvelt
Que hermoso lo que subiste. A veces nos gana el crítico... pero ese nos pone trabas a la hora de animarnos a ser ese de corazón honesto y valiente. ¡Pero que liberación se produce cuando podemos acallar a nuestro crítico interior! y dejamos que hablen otras partes nuestras... Cada vez más admiro la gente que no está tan preocupada por la imagen y trasmite con su testimonio lo que en la cita se describe tan bellamente. Tengo la dicha de tener dos buenas maestras que me han animado a seguir ese sendero. Y me alegro de haberlas encontrado.
ResponderEliminarY otra cosa Javier, un tema técnico... me he subscrito en un par de oportunidades para recibir por mail tus nuevos posts, pero nunca me llegó nada a mi casilla. No se cuál será el problema. Lo digo para que te fijes... Beso grande
ResponderEliminarSi Irene, a mí tambié me pareció hermoso este texto. Me alegra que te guste. Sobre los correos, debo decirte que no tengo idea. Voy a estudiar el tema y si puedo sacar algo en limpio, te aviso. Un abrazo
ResponderEliminarHermoso.
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