martes, 12 de enero de 2016

Pluralidad y síntesis




"La escuela nació debajo de un árbol, estando un hombre conversando con un grupo de personas que escuchaban su argumentación y discutían con él sin que supieran que él era un maestro y ellos sus alumnos. Al terminar esta conversación elgrupo sintió que era muy interesante la charla, decidieron continuarla y que sus hijos oyeran a ese hombre sabio. Allí nació la escuela."

Louis Kahn, arquitecto

Voy a contar mi experiencia personal con esto de la pluralidad y la síntesis que cada sujeto hace de aquello que recibe.
Cuando me fui a estudiar a la Facultad de Arquitectura y Urbanismo de La Plata, fui con una imagen muy precaria y errónea de lo que me iba a encontrar. Pensaba encontrar un lugar donde, desde un lugar dominante, un docente impartiría sus clases magistrales a unos alumnos que se parecerían más a objetos del aprendizaje que a sujetos del aprendizaje. Imaginaba un viaje con una duración en el tiempo,  determinada por cuestiones más administrativas (el tiempo que llevara recibirme y volver al sitio del que partí) que académicas. Calculaba, inocentemente, que ese viaje duraría seis, siete años. Me pensaba como un viajero que no iba a ser modificado por el viaje, por los paisajes visitados. 
La primera gran sorpresa fue encontrarme con una facultad que en su materia central, arquitectura, tenía once (11) cátedras distintas. Si, once tipos que enseñaban arquitectura desde puntos de vista distintos, cada uno con fuertes ideologías tras su saber. No solo eso, había aún, como si fuera poco, dos cátedras que no habían ganado sus concursos de oposición y no tenían cátedras oficiales, aunque se reunían en casas particulares con una regularidad semanal para discutir de arquitectura, ideología,mujeres, en fin, de la vida. Todavía más, esos talleres de arquitectura eran verticales, es decir que convivíamos en un mismo lugar alumnos de primero a sexto año, cada uno con su proyecto, con su historia de vida, su manera de ver el mundo. Se puede adivinar el caldo de cultivo que eran todas esas ideas adolescentes pugnado por ser escuchadas, en un período histórico que era el de la vuelta de la democracia, luego de tanto tiempo.
Cada cátedra tenía su aula en la que sus seguidores/alumnos, discutían, en mesas en las que docentes y alumnos se sentaban, alrededor de una mesa horizontal, a "construir" un conocimiento con ciertas pautas comunes, acordadas tácitamente cuando se elegía esta cátedra y no otra.
Yo, por supuesto, me anoté en una cátedra oficial y también acudía a las no oficiales. También, cada vez que pude, fui a presenciar los concursos, donde los titulares de las cátedras explicaban su visión.
Es muy importante describir cómo era el edificio de la facultad, es decisivo. Las aulas se ubicaban alrededor de un patio central, verde, con pasillos muy anchos y cubiertos por techos tipo bóveda de chapa. Este lugar central era el que nucleaba la salida de clases de todos esos alumnos y era un sitio muy agradable para sentarse a intercambiar, para escuchar a los más avanzados o a los más caraduras. Un sitio muy parecido, en su espíritu, a ese árbol de la frase de Kahn que compartí al principio. Un sitio hermoso donde la duración de ese viaje que inicié,comenzó a dilatarse, tanto, que hasta perdí de vista que tenía un final definido. En definitiva, perdí el rumbo, pero encontré otro mucho más rico que, me gusta creer, me mejoró como persona. 

Un profesor,al que adoraba, contaba siempre una anécdota hermosa:

"En la misma academia en España estudiaron dos artistas, uno fue Goya y el otro Velázquez, uno fue pintor del pueblo y otro pintor de la corte." 

No se que tan cierta sea esta historia,pero es muy linda y gráfica.

En fin, todo esto que cuento es para contar cómo es de importante para mí la pluralidad en la construcción del conocimiento y de la vida de las personas. Lo importante que es poder refrendar nuestros conocimientos contra el de los demás. Lo importante que es hacer el esfuerzo de sintetizar todo lo que fuimos adquiriendo, para así poder explicarlo a un tercero. Lo importante que es perderse entre un sinfín de modos de ver el mundo.
Ya se sabe, perderse es un modo de encontrarse.


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