jueves, 4 de junio de 2015

La Vía del Bandido




Un aprendiz de ladrón se unió a la banda del viejo Zhi, un famoso bandido que, desde hacía décadas, atracaba a los ricos y permitía la subsistencia de más de ocho mil almas. Una noche durante un banquete, el nuevo recluta preguntó al patriarca de los truhanes cuál era el secreto de su éxito. El viejo Zhi vació su copa, se limpió la barba con la manga y contestó:

-¿Acaso todo arte verdadero no es una Vía que conduce al Tao? Debes saber que la maestría de nuestro oficio descansa sobre cinco virtudes: la inspiración, la valentía, la bondad, la prudencia y la justicia.

-Pero, jefe -contestó el novato-, ¡Eso no es, sin embargo, lo que se espera de un bandido!

-Cállate, ignorante, y escucha qué principios debe cultivar un maestro ladrón que desee alcanzar una edad respetable. Adivinar dónde se encuentra una gran talega, ésa es la inspiración. Ser el primero en introducirse en los lugares, ésa es la valentía. Ser el último en retirarse para cubrir a sus hombres, ésa es la bondad. Saber sopesar si el golpe es demasiado arriesgado, ésa es la prudencia. Repartir el botín de forma equitativa, ésa es la justicia.


Cuentos de los sabios taoístas - Pascal Fauliot, Paidós Orientalia


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