domingo, 14 de septiembre de 2014

Solo uno alcanza la meta




Hay una visión de la vida que cree que donde se halla la multitud, allí está la verdad, y que la misma verdad necesita tener la multitud de su lado.
Hay otra visión de la vida que piensa que allí donde está la plebe, allí está la mentira, de forma que (considerando por un momento el caso extremo), aunque cada individuo, cada uno en privado, estuviera en posesión de la verdad, en caso de que se reunieran en una multitud -una multitud a la que se le atribuyera cualquier tipo de significado decisivo, una multitud ruidosa, audible-, la mentira estaría inmediatamente en evidencia.
Porque una "multitud" es la mentira. En un sentido divino es verdad, eternamente, cristianamente, como dice san Pablo, que "solo uno alcanza la meta", lo cual no está dicho en un sentido comparativo, ya que la comparación toma a otros en consideración. Quiere decir que cada hombre puede ser ése, ayudado por Dios; pero que solo uno alcanza la meta. Y de nuevo se significa que todo hombre debería evitar el trato con "los demás" y, esencialmente, debería hablar solo con Dios, y consigo mismo, porque solo uno alcanza la meta. Y de nuevo se significa que ser hombre es ser semejante a la divinidad. En un sentido mundano y temporal, el hombre sociable dirá: "Es irrazonable decir que solo uno alcanza la meta; porque es mucho más cierto que muchos, por el poder de sus esfuerzos combinados, podrían alcanzar la meta; y cuando somos muchos, el buen éxito es más seguro, y es más fácil para cada hombre". No hay duda, eso parece mejor y, además, parece verdad con respecto a todos los bienes terrenales y materiales. Si se le permite seguir su camino, éste se convierte en el único punto de vista verdadero, porque prescinde de Dios y de la eternidad y de la relación del hombre con la divinidad. Prescinde de ello o lo transforma en una fábula, y pone en su lugar el moderno (o mas bien podríamos decir el viejo pagano) concepto de que ser un hombre es pertenecer a una raza fundada con la razón, pertenecer a ella como un espécimen, de forma que la raza y las especies son mas elevadas que el individuo, lo cual equivale a decir que ya no hay individuos, sino solamente especímenes. Pero la eternidad, que se arquea por encima y mucho más arriba de lo temporal, tan tranquila como la estrellada bóveda de la noche, y Dios en el cielo, que en la gloria de esa sublime tranquilidad está alerta, y vigila, sin la más leve sensación de mareo a tanta altura, esas infinitas multitudes de hombres, y conoce a cada individuo por su nombre, Él, el gran Examinador, dice que solo uno alcanza la meta. Eso significa que cada uno puede y debe ser este uno, pero solo uno alcanza la meta. De aquí que, donde hay una multitud, una muchedumbre, o donde el significado decisivo está unido al hecho de que hay una multitud, es seguro que allí nadie está trabajando, viviendo, esforzándose por alcanzar la más alta meta, sino solamente por una u otra meta terrenal; ya que solo es posible trabajar para la meta eterna y decisiva donde hay uno, y ser este uno que todos podemos ser es permitir a Dios que nos ayude; la "multitud" es mentira...

Soren Kierkegaard - Mi Punto de Vista


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