domingo, 3 de agosto de 2014

Individualidad




...En una rápida ojeada sobre el contenido de mi libro se podrá ver claramente que escribí artículos "políticos" o contemporáneos solamente en ciertos años, pero no por esto se debe pensar que me mantuve desapercibido en los años intermedios e ignoré los sucesos del día...

... Cuando califico a mis artículos como "políticos" lo hago siempre entre comillas, porque no hay nada de política en ellos, excepto el ambiente que prevalecía al redactarlos. En los demás conceptos, son todo lo contrario, porque en cada uno de mis ensayos trato de introducir al lector, no al fondo del espectáculo mundial con sus problemas políticos, sino al fondo de su propio ser y al propio fondo de su conciencia. En esto, estoy en discrepancia con los propagadores de la política de todo género, porque siempre e indefectiblemente reconoceré en el hombre su individualidad y espiritualidad, ámbitos íntimos a los que no llegan los impulsos y formas políticas. Yo soy individualista y pienso que la veneración cristiana por cada alma humana es lo mejor y más sagrado en la Cristiandad. Quizá, en este aspecto, sea yo parte de un mundo semiextinguido, en el cual estamos siendo testigos de la aparición del hombre colectivo, exento de un alma individual, que exterminará la tradición religiosa e individualista de la humanidad. Desear o temer tal eventualidad no es asunto que me preocupe. Siempre me he visto resuelto a servir a los dioses que estimo activos y provechosos, y me he esforzado en ello inclusive, bajo la seguridad de que me tratarían hostilmente y en forma burlesca. El camino que me he visto obligado a tomar por los imperativos mundanos y las exigencias de mi alma, no ha sido agradable ni fácil; espero no tener que volver a transitar por ese camino, porque se termina entre penas y desilusiones. Sin embargo, puedo afirmar sin temor alguno que desde el principio de mi despertar a la realidad, no he aprendido ninguna nueva lección, como la mayoría de mis colegas y críticos, ni seguido una bandera distinta cada determinado número de años...

Montagnola, junio de 1946

Hermann Hesse - Prólogo a la edición de 1946 del libro "Y si la guerra continúa"




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