sábado, 2 de agosto de 2014

Al señor P. H., Göppingen




8 de junio de 1956

Querido señor H.:

... A su pregunta acerca de "si podría crearse una religión universal" debo responder negativamente. Ni siquiera las religiones auténticas, que surgieron de una manera orgánica, han logrado salvar a sus fieles de la estupidez y la brutalidad, con excepción de un pequeño número, una minoría de verdaderos creyentes. Y de las religiones sintéticas, artificiales que al parecer usted desea, se puede esperar mucho menos. Ocurre con ello lo que con los idiomas. De tanto en tanto una testa inteligente concibe la idea de que solo la diversidad de lenguas sería lo que separa a los pueblos y no sería menester sino inventar un idioma universal general para que todos se entendieran entre sí. Ya han surgido varios de estos idiomas sintéticos que procuran mucha satisfacción a sus adeptos, pero los pueblos no hacen uso de ellos, tienen otras cosas que hacer y son demasiado cómodos para molestarse aprendiendo nuevas lenguas. Además, cada uno ama demasiado a su lengua vernácula como para preferir a otra artificial. En resumen: mejorar a la humanidad siempre fue y será una empresa desesperada. Por este motivo he edificado mi fe sobre el individuo, pues el individuo es educable y susceptible de corregirse, y de acuerdo con mi fe, la pequeña minoría selecta de individuos de buena voluntad, dispuestos al sacrificio y valerosos, fue y será la custodia de lo bueno y bello que hay en el mundo.

        Un saludo cordial


Hermann Hesse - Cartas Escogidas



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