miércoles, 8 de junio de 2016

Invisible pero real




Los científicos, que se mofan de la existencia del "infinito" pero muestran una gran admiración por las "leyes de la Naturaleza (con N mayúscula), están expresando -aunque sea de modo inadvertido- sentimientos claramente religiosos o numinosos. Tengamos en cuenta que desde el punto de vista de la filosofía perenne puede hablarse simbólicamente del absoluto coma Naturaleza de todas las naturalezas, como Condición de todas las condiciones. Pero también conviene advertir, no obstante, que, según la filosofía perenne, la Naturaleza no es algo ajeno a cualquier manifestación concreta de la vida; la naturaleza no es algo separado de las montañas, las águilas, los ríos y las personas, sino algo que se impregna por completo al entramado mismo de todas y cada una de las cosas existentes. De la misma manera, el Absoluto -la Naturaleza de todas las naturalezas- no es algo ajeno a las cosas y a los eventos. El Absoluto no es Otro sino que, por así decirlo, está urdido en la misma trama de todo lo existente.
...la filosofía perenne declara que el Absoluto es Uno, Total e indiviso -algo muy parecido a lo que Whitehead denominaba "el tejido sin costuras del universo"-. Pero adviértase que "sin costuras" no significa "sin rasgos distintivos". Decir que la Realidad es Una no supone decir que las cosas y los acontecimientos separados no existan. Cuando un científico afirma que "todas las cosas obedecen a las leyes de la Naturaleza" no está queriendo decir que, "por consiguiente, no existen", sino que todas las cosas subsisten en una especie de Totalidad equilibrada, una Totalidad que él denomina Naturaleza y cuyas leyes intenta descubrir... Lo Último es anterior a este mundo pero no es distinto a él, de la misma manera que el océano es anterior a las olas pero no existe como algo separado de ellas.
Este concepto, sin embargo, no carece, como suelen argumentar los positivistas lógicos, de significado o de sentido o, dicho de otro modo, no tiene menos significado que las referencias de la ciencia a la Naturaleza, al Cosmos, a la Energía o a la Materia. Que lo Último -la Totalidad integral- no exista como entidad separada y perceptible no significa que sea algo inexistente. Nadie ha visto nunca a la Naturaleza, nosotros solo vemos árboles, pájaros, nubes y hierba pero jamás hemos visto nada concreto que podamos aislar y llamar "Naturaleza". Del mismo modo, ningún científico ha visto jamás a la Materia. Los científicos solo perciben lo que ellos denominan "formas de materia", pero nadie -ni los científicos, ni los legos ni los matemáticos- han visto jamás el más pequeño fragmento de Materia. Y, sin embargo, aunque solo veamos madera, aluminio, zinc o plástico -y nunca hayamos visto materia- dudo que ningún científico se atreviera a concluir que "por consiguiente, la materia no existe". Los científicos tienen una evidencia -intuitiva y no científica, por cierto- que les lleva a afirmar la realidad de la materia. Y, de hecho, aunque jamás la hayan visto, tocado ni saboreado, para la mayor parte de los científicos la materia constituye la única realidad existente.
Obviamente, lo mismo podríamos decir con respecto a la Energía porque masa y energía son términos intercambiables. Ningún científico ha visto nunca la Energía y, sin embargo, los científicos hablan continuamente de "formas de energía", como la energía termodinámica, las energías de la fusión y de la fisión nuclear, etcétera. Y, no obstante, aunque nadie haya visto jamás a la energía pura, ningún científico osaría afirmar que "la energía no es real".


Ken Wilber - Después del Edén


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