martes, 12 de abril de 2016

Un canto a la vida




No tengo nombre,
Soy como la fresca brisa de los montes;


No tengo asilo,
Soy como las aguas sin abrigo;

No tengo santuarios cual los dioses misteriosos,
Ni estoy en la sombra de los templos solemnes;

No tengo sagradas escrituras,
Ni estoy sazonado en la tradición.

No estoy en el incienso
Que sube a los altares,
Ni en la pompa de las grandes ceremonias;

Tampoco estoy en la dorada imagen,
Ni en el sonoro canto de una voz melodiosa.

No estoy limitado por teorías,
Ni corrompido por creencias;

No soy esclavo de las religiones,
Ni de la pía asistencia
De sus sacerdotes;

No soy engañado por filosofías,
Ni el poder de sus sectas me da nombre.

No soy humilde ni conspicuo,
Ni apacible, ni violento;

Yo soy el Adorador y el Adorado,
Yo soy libre.

Mi canción es la canción del río
En su anhelo por los mares inmensos
Divagando, divagando.

¡Yo soy la Vida!

Jiddu Krishnamurti. 1932


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