jueves, 20 de noviembre de 2014

La menor cantidad de "Estado" posible




Todo el conjunto de condiciones políticas y sociales no valen lo suficiente para que las inteligencias más capacitadas se vean obligadas y tengan la necesidad de ocuparse de ellas. Semejante despilfarro de inteligencia es mucho más grave que un estado de miseria. La política es el campo de acción de cerebros mediocres, y este campo no debería estar abierto a los espíritus más elevados, aunque la máquina se haga pedazos. Pero, tal como están hoy las cosas, cuando todos no sólo se creen con derecho a estar informados diariamente de los asuntos políticos, sino que quieren intervenir activamente en ellos y abandonan por esto su trabajo, la locura no puede ser mayor ni más ridícula. A este precio, pagamos muy cara la seguridad pública; y lo más absurdo es que, por este medio, se consigue precisamente lo contrario, como lo está demostrando nuestro excelente siglo, de una forma desconocida hasta ahora. Proteger a la sociedad contra los ladrones e incendiarios, hacerla lo más cómoda posible para toda clase de comercio y de relaciones, y convertir al Estado en la Providencia (en el bueno o en el mal sentido), son fines inferiores, secundarios y en absoluto indispensables, a cuyo servicios no deberían estar los fines e instrumentos más elevados de que se dispongan, los cuales habrán de reservarse para los fines superiores y más extraordinarios. Aunque nuestra época habla mucho de economía, es bastante pródiga. Despilfarra lo más preciado: la inteligencia.

Friedrich Nietzsche - Aurora

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